Mercedes Iglesias (NEL)

A partir del siglo XVII la filosofía comienza a tratar el tema de las pasiones y las emociones desde Descartes hasta Spinoza, pasando por el siglo de las Luces y la filosofía del bien en el mal. No obstante Lacan tomó primero a Aristóteles y luego a Kant.

Para tratar el tema de los afectos descarta la fenomenología, la biología y la psicología. Clínicamente argumenta con Freud que los afectos no están reprimidos sino desplazados. Las define como pasiones del alma y el lugar para tratarlas es la ética. El afecto dice que el sujeto está afectado por las relaciones con el Otro y con su goce¹.

De Aristóteles toma el efecto del significante y de Kant la relación del bien con el dolor. Sade coloca en el escenario al objeto. “… afecto solo hay uno, a saber el producto del apresamiento del ser que habla en un discurso, en la medida en que dicho discurso, lo determina como objeto”².

La ética trata del bien en el sufrimiento. Hay siempre satisfacción. El odio, la cólera, la indignación muestran al sujeto tomado por estas pasiones que no son pasivas. Lacan insiste hasta el final de su obra en el bien decir. Este concierne en cercar, en encerrar en el saber, lo que no puede decirse³.

Lacan puso las esperanzas de la ética del psicoanálisis en una ruptura de este circuito de renuncia, retomando el término freudiano programa, como el programa del psicoanálisis⁴. Un programa donde el goce pueda tener un estatuto diferente del sufrimiento y la muerte.

Para Lacan ser objeto causa de deseo es lo que concede máxima dignidad al sujeto. A nivel subjetivo, esta dignidad no está dada, esta es siempre algo a lograr⁵.

La indignación se realiza por dos vías: 1. “la polémica y la sátira son una revuelta contra lo real. El punto débil es que la mueve un espíritu de indignación que siempre se basa en prejuicio”; 2. como una revuelta contra los dichos o acciones del Otro tomados como atropellos directos a algo que de algún modo se vive como indigno⁶.

Ambas dimensiones pueden ser tomadas a nivel subjetivo y a nivel político. Para Aflaló⁷, el odio ha pasado de la esfera privada a la pública y Zadig supone importar la ética del bien decir al campo público. La pregunta de la filosofía política hoy es: “por qué la indignación y no el debate razonado, por qué el soberanismo defensivo y no la cooperación?⁸

En la ética encontramos diferentes modos del bien decir: el deseo, el atravesamiento del fantasma y el sinthome, una palabra digna para el parletre. “‘la gloria de la marca’, entonces, única dignidad que vale para un parletre. Si no se olvida su singularidad, la de la marca ardiente que le es propia, como el bien más preciado, uno aprende a orientarse en los afectos…”⁹.

A nivel político la indignación cerca algún tipo de saber. Un saber difuso que ha permitido ser brújula como el movimiento de los indignados en Madrid o el de los chalecos amarillos. Son movimientos de resistencia. ‘La indignación es el fermento del espíritu de la resistencia’¹⁰. Hay una cierta noción de injusticia inherente a la indignación y que a veces puede ser necesaria a la acción política así como a entrar en un análisis. Es la noción de justicia la que quizás hay que profundizar en la indignación.


¹ MILLER, J-.A., “A propósito de los afectos en la experiencia analítica”. In: Matemas II, Buenos Aires: Manatial, 2008.
p. 160.

² LACAN, J., El Seminario, Libro 17, El reverso del psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós, 1992. p.162.

³ MILLER, J.- A., “A propósito de los afectos en la experiencia analítica”. Op.cit., p. 162.

⁴ _____________ Los divinos detalles. Buenos Aires: Paidós, 2010. P. 249.

⁵ VINCENS, A., “Todavía Lacan”. Conferencia realizada en Granada, 2009. Disponible en: http://www.radiolacan.com/es/topic/79/5

⁶ MILLER, J.-A., Todo el mundo es loco. Buenos Aires: Paidós, 2015. p. 127.

⁷ AFLALÓ, A., “La necesidad de un soplo”. In: Lacaniana, Año XIII, Nº 24, julio 2018.

⁸ ARIAS, M., La democracia sentimental. Barcelona: Página Indómita, 2016, p. 23.

⁹ ALBERTI, C., “Afectos”. In: Scilicet. Semblantes y Sinthome. Buenos Aires: Grama, 2009. p. 34.

¹⁰ HESSEL, S., Indígnate!. Barcelona: Ediciones Destino, 2010.