El IX ENAPOL EN GRUPO LACANIANO MONTEVIDEO (GLM)

El pasado día miércoles 20 de febrero se realizó en el local de Grupo Lacaniano Montevideo (GLM) la presentación del IX ENAPOL: “Odio, Cólera, Indignación. Desafíos para el psicoanálisis”

Ante la presencia de alrededor de 50 personas, se expusieron cada una de estas temáticas generándose luego un interesante y animado intercambio con los asistentes.

El inicio de la actividad estuvo a cargo de la coordinadora de mesa, Florencia Fernández, miembro de GLM, quien dio la bienvenida al público presente y efectuó la presentación de los expositores y los temas a tratar.

Jorge Bafico, Miembro del GLM y de la AMP, nos habló del odio y afirmó que partiendo de Freud y Lacan el odio es constitutivo de la pulsión de muerte, primario, y apunta al ser, siendo por eso tan destructivo. Se preguntó porqué el odio está más presente en estos tiempos y respondiendo que el debilitamiento de los ideales genera un fortalecimiento del Superyó, produciendo su pluralización, pudiendo ser cualquiera depositario del barullo incesante de las comunicaciones instantáneas donde lo que prima es un odio visceral. Señaló que la función de velo del amor aparece como un recurso frágil, que no logra apaciguar al odio que se presenta entonces respecto a otras épocas, como permitido y desenfrenado.

Por su parte, Marcelo González Imaz, Miembro del GLM y de la AMP, realizó un recorrido por las referencias sobre la cólera que se encuentran en las obras de Freud, de Lacan y de Miller. Enfatizó que la cólera es una pasión, un modo de padecimiento que pasa por corporal. También que, para algunos sujetos, la cólera puede constituir un modo de goce. Recordó que su aparición lleva la firma de lo real, ya que se origina en el momento en que se presentifica un real irreductible: el significante no es capaz de reabsorber al objeto a. Finalmente González Imaz planteó que, si como señaló Lacan, la cólera surge ante el fracaso de lo que se espera en lo simbólico y la respuesta que viene de lo real, la posición que conviene al psicoanalista es la de interesarse por esta pasión del cuerpo. Gran parte de nuestra labor en la clínica psicoanalítica consiste en recibir sujetos cuyos relatos corroboran la falta de correlación entre lo simbólico y lo real.

Por último tuvo la palabra Mercedes Iglesias, Miembro del GLM y de la AMP, quien nos habló acerca de la Indignación y subrayó que Lacan descarta la fenomenología, la biología y la psicología para tratar el problema de los afectos. Clínicamente, asume con Freud que los afectos no están reprimidos sino desplazados y responden a un cuerpo afectado por el significante y por el goce singular así producido, afirma que son pasiones del alma y el lugar para tratarlas es la ética. Respecto a la indignación, dijo que ha sido tratada como una pasión pero a diferencia del odio y la cólera tiene una dimensión que toca algo de lo simbólico, que es una pasión que cerca algún tipo de saber. Señaló que posee una dimensión subjetiva y otra política, puesto que ha sido brújula de algunos movimientos como el de Madrid. Destacó que la apuesta psicoanalítica es por la ética del bien decir: lograr cercar un saber de aquello que no puede decirse.

Sobre el final, la coordinadora de la mesa realizó preguntas a los expositores que giraron en torno que sucede con el odio (y su contracara el amor) en la actualidad, cuáles serían las diferencias sustanciales entre cólera y odio, cuál sería la posición que conviene al analista frente a la cólera, qué cruzamientos se piden hallar entre la vergüenza y la indignación, para finalmente intentar diferenciar el odio y la indignación. Se propicia un interesante intercambio con el público respecto a si éstas podrían ser definidas como pasiones o afectos y porqué.

El intercambio finalizó con el acuerdo de los integrantes de la mesa y de los presentes en que no hay que olvidar que estas tres pasiones pueden manifestarse por separado o combinadas y que son “transclínicas”.

 

Florencia Fernández (GLM)