Draw my life, esa nueva narrativa donde la imagen no prescinde de la palabra en la construcción de una historia de vida, revela aspectos diversos de esa «onda» actual de exposición de la intimidad.
El video de Rubius es un ejemplo de eso. Al comentarlo, Alba Alfaro destaca que la ciber tecnología puede ser puesta al servicio de un tipo de borramiento de las determinaciones del Otro y de la renovación del ideal de «un mundo sin castración», «un mundo sin real». Paula Vallejo subrayaba que en la composición narrativa de Rubius el énfasis está puesto en la «sucesión de los hechos», pero omitiendo la «dimensión del acontecimiento». El tiempo es el de la «aceleración que pesa sobre los cuerpos y pone en escena el empuje del goce contemporáneo». Se trata de un ejemplo de cómo, en la actualidad, las subjetividades se arreglan de modos diversos con el símbolo, modos singulares que todavía pueden ser formas de resistencia del sujeto a «alinearse en las normas».
Stella Jimenez, por su parte, señala como el video de Rubius se asemeja a los modos en que el parlêtre, espontáneamente, diseña su vida a través de trazos («nos hace borromeanos con el rasgo unario) escribiendo una respuesta singular (sinthomática) a los traumas. Stella subraya los cambios en la vida de Rubius, las diversas rupturas, sus referencias mutables en una familia «ampliada» o «globalizada» donde la constante es la madre y sus deseos. La red mundial sirviendo de suplencia para que en ella y en los videos el sujeto «encuentre lo que quiere».
Para los colegas brasileños y todos los que se interesen por «Draw my life«, sugiero también el video de Felipe Neto (https://www.youtube.com/watch?v=F04L4M9-lvo). Allí encontramos ese modo actual y aún así singular, de abordar temas centrales en la estructuración de la subjetividad: las coordenadas del nacimiento, el encuentro con la diferencia sexual, la entrada en el lazo social, especialmente por la vía de la escuela y del trabajo, destacándose hoy la importancia de la virtualidad en esa estructuración.
Marcia Zucchi
Traducción: Estefanía Elizalde