¡Asuntos de familia continúa dando de qué hablar! Los colegas de nuestra comunidad analítica han contribuido de un modo decisivo con el Boletín #24, problematizando, interpretando y relanzando cuestiones sobre los lazos familiares de nuestra época.

En la Sección «Entrevistas», Silvia Baudini reúne diferentes ejemplos de configuraciones familiares, sean ellas cerradas en sí mismas e impermeables a cualquier interferencia externa; o aquellas que se constituyen equiparando todos los lazos y «dejando apenas lugar para el Uno»; o aquellas que se forman sobre los efectos de la incidencia de los avances técno-científicos en la cuestión de la paternidad y maternidad. Todos los ejemplos ponen de relieve un rasgo común: el borramiento de la función de la alteridad, y en algunos casos, sus efectos mortíferos. Ese material reunido es el suelo fértil que lleva a Silvia Baudini a interrogar la función del analista «enredado como cuerpo» en todo lo que implican los cambios de la actualidad.

La función del analista también está presente en la entrevista a Daniel Millas. En el transcurso de la misma, se refiere a algunas teorías de diferentes épocas que buscan, en los avatares familiares, la causa del padecimiento o del sufrimiento psíquico. En contraposición con las teorías que establecen una relación de causalidad en la culpabilización de los padres o en cualquier fenómeno interpretable, sea en la esfera psicogenética o en la esfera orgánica, Millas reubica puntos cruciales introducidos por Lacan: la relación de la locura con el lenguaje, la noción de responsabilidad y la dimensión de causa que excede a cualquier ficción que intente dar sentido al lugar del ser hablante en la familia y en la existencia. Se trata de nociones que subvierten la función del analista y la dirección del tratamiento, sea en las neurosis o en las psicosis.

La articulación de los asuntos familiares con el síntoma está en ciernes con la cuestión introducida por Gustavo Sobel. Al respecto, en los textos de Gustavo Sobel y Marisa Morao, «las incidencias y constelaciones» de los asuntos familiares, transformados en un destino tramado en una historia inventada por cada uno, está en el centro del cuestionamiento y del debate. De ahí, la importancia del análisis de circunscribir el modo en que cada uno responde sintomáticamente a las contingencias de los asuntos familiares, aislando en la trama del sentido, lo inefable de la existencia. En ese punto, de modo oportuno e interesante, se enlaza a las entrevistas y textos ya mencionados, la entrevista a Marina Recalde, que nos propone el tema «Familia y sus asuntos de inconsciente». Separarse de la familia y alojar lo que queda de los padres requiere necesariamente de un cierto forzamiento, sostiene Recalde, quien evoca a Freud adolescente y su correspondencia con Silverstein escrita en español, para demostrar el forzamiento necesario para renunciar a la lengua materna. Menciona «La psicología del colegial», abordando el desasimiento de los padres y «La novela familiar del neurótico», para la interdicción del incesto. Finalmente, recurre a un cuento infantil de Graciela Montes, La familia de la soga, que enseña sobre el corte que se produce en un arreglo familiar, ilustrando también sus efectos de miedo y sorpresa, «un destino posible que no sea ya el de la mera repetición». En esa misma vía se ubica la oferta del analista, que al propiciar la instalación del dispositivo analítico, pone en marcha un trabajo de forzamiento en el cual, las marcas y los asuntos familiares se separan de un «destino inexorable».

Finalmente, además, se agrega un texto a los ya mencionados anteriormente. El padrino, el film que acompaña este Boletín, viene acompañado de un comentario elaborado por Eliana Amor.

El lector verificará que la función del analista y la solución por el sinthome como vía para anudar el real en juego en la vida de cada ser hablante, están fuertemente presentes en todos los trabajos aquí reunidos.

¡Buen trabajo y hasta septiembre!

Maria da Glória Maron (EBP)

Traducción Cecilia Parrillo

«Pues ese das Ding está justamente en el centro,
en el sentido de que está excluido.
Es decir que en realidad debe ser formulado como exterior,
ese das Ding, ese Otro prehistórico imposible de olvidar.
(…) ajeno a mí estando empero en mi núcleo, algo que a nivel del inconsciente representa una representación»[1]

Padre S1

«Esa es mi familia Kay, no yo» es la frase con la que Michael Corleone se aparta de su familia cuando se la presenta a quien será su futura esposa. El film, comienza con un casamiento que ilustra por completo a la familia Corleone: la Gran familia italiana, los lazos sólidos y sagrados en la fiesta a toda luz, y los secretos que se tejen en el oscuro despacho de Don Vito Corleone, a quien le piden favores al oído, y de quien se dice que todo lo comprende.

Este clásico de Francis Ford Coppola es una adaptación del libro El Padrino (1969) de Mario Puzo,[2] donde encontramos que el término «Mafia» significa en siciliano «lugar de refugio». Podemos pensar que es un lugar como el que Freud trabaja en su texto «Lo siniestro» donde lo familiar se vuelve ominoso, y siempre es más interesante decirlo en alemán «Heimlich-Unheimlich«, ya que podemos percibir en la lengua las dos caras de la misma moneda que pasan de un término a otro en continuidad. Aquello siniestro que al decir de Freud «…siempre se puede reconducir a lo reprimido familiar de antiguo»[3] está representado en la figura de «El Padrino» que encarna la fidelidad, el respeto y el honor en una acorralada endogamia familiar, pero es también quien comanda el crimen organizado de Nueva York. Hacia el final, Michael le dirá a su hermano Freddo: «O se está del lado de la familia o en contra», y será la insinuación previa al fratricidio que cometerá. Lo exogámico es un afuera rotundo que marca un binarismo «Adentro-Familia/afuera-enemigo».

Lo oscuro y lo claro aparece desde el afiche de la película, que nos muestra unos hilos de marioneta sobre la parte «Father» de la palabra Godfather. Podemos interpretar al padre como figura de poder y manipulación puesto que Vito Corleone es el jefe de una de las cinco familias italianas más influyentes de la Mafia de Nueva York, pero también podemos pensarlo como los hilos del destino que conducen a Michael, quien confrontado al posible asesinato de su padre demuestra ser aquello mismo que dijo no ser, tomando el lugar del patriarca en la cadena sucesoria, para continuar la tradición familiar. Vito Corleone había dicho «Quien huye de su familia no será un hombre completo». A esta demanda responde Michael cuando su padre está hospitalizado, produciendo un giro que lo conducirá a asumir el trágico destino familiar, anunciándole «Yo velaré por ti, estoy contigo ahora». «El Padrino» pasa como de un «Otro al otro» mostrando la extimidad del goce del Otro en Uno. Ernesto Sinatra refiere «…familia adviene las marcas del Otro en Uno. Aunque al enunciarlo así, casi, casi ¡habríamos hecho coincidir, previamente, ‘familia’ con ‘fantasma’!»,[4] puesto que ella nos ha enseñado lalengua, podemos agregar con Lacan. ¿Será que Michael responde con su fantasma frente al encuentro con lo real? La ficción no nos permite más que jugar en esa suposición, pero tratándose de una ficción tan vasta, uno se siente tentado a creer que hay allí un sujeto, puesto que el guión de El Padrino está escrito con la gramática de la identificación al padre por amor, en su versión de creencia religiosa.

Michael ha seguido los hilos del destino y ante nuestros ojos inician los primeros chispazos de una tragedia familiar, mientras que los padres de las poderosas familias… ¡estallan!

El reverso

La película es de los años 70, pero Coppola la ambienta en los 40 para ubicar el desarrollo de los Estados Unidos como primera potencia ante el peligro de una Segunda Guerra Mundial. Los diálogos de negocios, muestran el avance implacable del capitalismo a través de las drogas.

Vito Corleone se niega a hacerle un favor a alguien que siente que no se lo ha pedido respetuosamente, ni ha tenido la cortesía de llamarlo «Padrino». Esta persona le ha preguntado «¿cuánto debo pagarte?». Vito, aunque sintiéndose ofendido por haber sido ubicado en el lugar de un valor de intercambio, acuerda realizar el favor puesto que una tradición se lo exhorta: «Un siciliano no niega nada en el casamiento de su hija».

La mafia, en su origen, se ordena alrededor del Nombre del Padre, sin embargo, podemos ver como allí por los años 40, las familias empiezan a desbaratarse. Este film exhibe tradiciones de un modo magnífico, pero a la vez asistimos a la puja del capitalismo por declarar los valores como algo obsoleto, denostando lo que entendemos por simbólico, desde la familia, hasta la palabra. Hacia el final de la primera película de la saga, muere Vito Corleone. A la vez que Michael –ocupando el sillón de su padre– mandará matar a los referentes de las familias más poderosas. El ocaso del padre se expresa a balazos y la película atraviesa el tiempo y el cuerpo del espectador, con la misma bala.

Cuando la función de la familia queda interpelada, produce efectos no sólo en el seno familiar y en el resto de las instituciones, sino también en la subjetividad.

Dice Mario Puzo que para los sicilianos «la sociedad era su enemiga, y por ello, cuando querían justicia a causa de alguna ofensa o agravio, acudían a la organización secreta, la Mafia. Y la Mafia había cimentado su poder estableciendo la ley del silencio, la omertà. (…) La omertà se convirtió en la religión de la gente».[5]Hoy las «Mafias» se asocian a redes de «lavado de dinero» o «uso de paraísos fiscales» y han abandonado el lugar de la familia como marco, el valor de la palabra y los códigos sagrados.

Asistimos al pasaje de un Otro que existe a un Otro que no existe, y podemos ubicar que en el mismo movimiento en que se produce la caída del padre como S1, se produce la inconsistencia del conjunto, multiplicando una red al infinito. El «sin límite» se convierte en paradigma de la época actual. El padre («ex» agente de la castración) ya no prohíbe el goce, sino que surge su positivación a partir de la mostración del goce que hay[6] quedando obsoleto también «el secreto», esa Otra escena, la más opaca, que se desarrollaba tras las bambalinas de la gran fiesta.

Al fin, cabe preguntarse: ¿Se ha disuelto el binarismo endogamia-exogamia? Las familias, ¿pasan de ser un conjunto cerrado a configurarse en red?

NOTAS

  1. Lacan, J., El Seminario 7. La ética del psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós. 1991, p. 89.
  2. Puzo, M., El Padrino, versión digital, p. 391.
  3. Freud, S., (1919) Lo ominoso. Obras completas. Tomo XVII. Buenos Aires: Amorrortu. 2003, pp. 246-7.
  4. Sinatra, E., Presentación del VIII ENAPOL en la EOL 25 de octubre de 2016. Disponible en http://asuntosdefamilia.com.ar/es/index.php
  5. Puzo, M., op. cit.
  6. Sinatra, E., «La feminización del mundo: el nuevo orden del toxicómano», Virtualia #25.

El trabajo analítico desbarata un destino