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Rúbrica Eje 1: ESO RESUENA EN EL CUERPO COMO UN TAMBOR

 Luisa Aragón – NEL/AMP

 Hablar con el niño releva el lugar de la palabra en un análisis y sus alcances, trascendiendo la distinción de edad. ¡Hay que hablar, porque hace bien! es la consigna que hoy se promueve a través de la proliferación de propuestas terapéuticas, ¿qué es lo que distingue nuestra práctica como experiencia de palabra?

El psicoanálisis lacaniano opera con el descubrimiento de Freud e introduce “que en el menor acto de palabra está implicado un goce”[1] pulsional que excede el cuerpo, que paradójicamente produce sufrimiento y satisfacción. No basta con incentivar a quien consulta a que venga a hablar por hablar. Hablar sirve de insumo para que un análisis empiece, pero estamos advertidos que este tiempo no se eternice en el goce del blablablá.

Si “el goce constituye la sustancia de todo lo que hablamos en psicoanálisis”[2], lo que interesa es poder hacernos destinatarios y escuchar a quien viene a hablar sin que quede reducido al sujeto de la palabra entendido en la vertiente del significante, apostamos por escuchar al sujeto que “habla su goce”[3], al que Lacan llamó parlêtre.

Esta concepción que no desconoce el inconsciente ni su relación con el lenguaje, otorga en el curso de una cura un lugar decisivo al niño que hay en todo parlêtre. A ese que lleva las marcas con las que se enfrenta a la dimensión traumática que se produce, desde el principio, en el encuentro contingente de lalengua y del cuerpo.

Cada uno, de manera singular experimenta el “rastro de los eventos vividos por el cuerpo, la resonancia también de esas palabras que golpean al cuerpo como un tambor”[4].  Independientemente de la edad, cuando el niño habla, algo de eso se deja leer entre líneas.

Es lo que insiste en la cura. Eso de lo que no se quiere saber y de lo que no se puede hablar es a donde apunta la intervención del analista. En un análisis se aprende a leer, con la lengua que a cada uno lo habita, el acontecimiento del propio cuerpo que tropieza con lo ilegible del traumatismo inicial. Cuando eso emerge bajo transferencia, se presenta la oportunidad de poder cernir lo indecible para dar otro tratamiento a lo imposible.


[1] Lacan, J., El psicoanálisis en su referencia a la relación sexual. Conferencia pronunciada en el Museo de la Ciencia y de la Técnica de Milán, el 3 de febrero de 1973. Inédito.

[2] Lacan, J., El Seminario 16, De un Otro al otro, Paidós, Buenos Aires, 2008, p. 41.

[3] Miller, J.-A., Sutilezas analíticas, Paidós, Buenos Aires, 2011, p. 146.

[4] Alberti, C., ¿Hablar que quiere decir? Contra censura. Lo que la palabra conlleva, Revista El psicoanálisis, No. 43, El fantasma y su lógica, Garcinuño, España, 2024, p. 89.