EL COLADOR Y EL LENGUAJE
SALA: EL “QUIZÁ” DEL NIÑO Y SU LOCURA
EL COLADOR Y EL LENGUAJE
“El hecho de que un niño diga quizá, todavía no, antes de que sea capaz de construir
verdaderamente una frase, prueba que hay algo en él: una criba que se atraviesa, a través
de la cual el agua del lenguaje llega a dejar algo tras su paso, algunos detritos con los
que jugará con los que le será muy necesario arreglárselas.” (Lacan J., Conferencia de Ginebra sobre el síntoma, en Intervenciones y Textos 2, Manantial, Buenos Aires, año
1988 p 129).
Relatores: Aliana Santana (NEL) e Cristiane Barreto (EBP)
Participantes: Andressa Luz (São Paulo), Areli Leeworio (Ciudad de México), Carlos Chávez (Bogotá), Carmen Palmieri (Buenos Aires), Fernanda Baptista (Curitiba), Jorge Santiago (Chiapas), Maria Antunes Tavares (Rio de Janeiro), María Luján Ros (Buenos Aires), Matías Mazzotta (Buenos Aires), Rafaela Oliveira Quixabeira (Goiânia), Raúl Sabbagh (Ciudad de México), Verónica Fernández (Venado Tuerto).
El ¨quizᨠdel niño y su locura
Lacan, en su ¨Conferencia en Ginebra¨ aborda el síntoma como el detrito del colador del agua del lenguaje en el el cuerpo. En esa conferencia, Lacan habla con el niño y más precisamente, dice que, al observar a los niños, se da cuenta que ellos dicen ¨quizá¨, ¨todavía no¨ inclusive antes de construir una frase[i].
En el Seminario 1, Lacan pregunta ¨ ¿cómo el mundo se pone en movimiento? ¨ y ¨ ¿qué representa el llamado en el campo de la palabra? ¨ y responde: ¨Pues bien, es la posibilidad de la negativa. Digo, la posibilidad.¨[ii]
La palabra ¨quizᨠes un adverbio de duda, que indica la no certeza o la posibilidad, tiene como sinónimos: el no solo, ocasionalmente, lo que eventualmente ocurre o podría ocurrir, y también lo fortuito, lo contingente. El hecho de decir ¨quizᨠantes de construir una frase, prueba la existencia de restos, con los cuales el niño juega, experimenta y se las arregla más tarde. Es lo que le deja ¨una actividad no reflexiva, los añicos a los cuales, más tarde, pues es un prematuro, se le agregarán los problemas de lo que lo espantará ¨, gracias a eso, hará la soldadura, la unión de la realidad sexual y del lenguaje.[iii]
El quizá del niño expresa posibilidades que él puede inclusive usar sin saber lo que dice, o fuera de contexto, es la sensibilidad de las formas de decir que lo rodean. Para Lacan ¨el detritus es el punto que debe retenerse, no sólo como señal, sino como algo esencial¨ pues es en torno a eso que girará la alienación[iv].
Se aprende a hablar con las partículas de la lengua materna. La aparición del lenguaje es un momento de consentimiento con lo que viene del Otro y con el registro de una insondable decisión del ser. De las palabras que componen el lenguaje, queda la resonancia en el cuerpo y el modo singular con el cual cada uno usa la lengua, cargando una inundación de restos inasimilables. Lo no simbolizado se expresará en el síntoma.
Los restos tendrán lugar estable en el cuerpo como equívocos, malentendidos que se instalan cuando el niño dice ¨quizá¨. Viene de ahí, del lecho del lenguaje que baña a cada niño y de sus afluentes, los materiales que conciernen al ¨grado cero de ser, más fragmentados, hechos de tonterías dispersas y bricolajes precarios¨[v].
Sutilezas: quizá es lo real del mensaje
Nuestra hipótesis de partida es, como dice Lacan, que entre hombre y mujer no hay relación instintiva[vi]. El vínculo se funda en la inscripción del lenguaje en la masa orgánica del ser viviente, la cual tendrá el alcance de transformar un organismo en un cuerpo hablante. Cuando un niño dice ¨quizᨠo ¨todavía no¨, ya está en juego el goce propio del cuerpo, efecto de la operación del paso de organismo a cuerpo.
Cuando un niño llega al mundo, no lo hace sin haber sido hablado. Para bien o para mal, con o sin deseo, se hablará de él. Es importante señalar, a pesar de su obviedad, que cuando un bebé es hablado, implica que alguien, distinto al bebé, hace uso del lenguaje.
El lenguaje está compuesto de la sumatoria de la lengua más el elemento social que la normaliza. El niño es capturado por la estructura del lenguaje que preexiste, experimentado como lalengua. ¨Los efectos de lalengua van mucho más allá de todo lo que el ser que habla es susceptible de enunciar¨[vii]
Más allá de la captura del ser vivo por lo simbólico, Lacan pone en cuestión el lazo entre el cuerpo y el lenguaje y enfatiza el decir que queda olvidado tras lo que se dice y sólo puede ser capturado por lo que se escucha. En la vertiente del habla, la única materialidad es que se diga, porque decir incluye el cuerpo[viii]. Que se diga algo remite al objeto a, causa de deseo, que obliga a cada niño a decir. ¨Lo real del mensaje inconsciente¨ es definido ¨de los efectos del significante que se escapa¨[ix]. El decir incluye el enunciado y el propio acto de decir. El decir está hecho de relaciones, vínculo entre las personas y la sociedad.
Si la lengua es “multiplicidad inconsciente de ficción mutante”[x] compartida por aquellos que hablan la misma lengua, la invención de ¨lalengua¨ apunta, a su vez, a la babel subjetiva, mostrando que hablar sirve más al goce que al entendimiento. Esencialmente privada, lalengua es el corazón de la singularidad; una solución improvisada que perdura, que pega, corta, colorea “balbuceos, fragmentos de palabras escuchadas, significantes amo, frases, entonaciones, acentos”[xi] ¨núcleo imposible de compartir¨, en tanto punto de inserción como de exclusión.
El lenguaje, entonces, no es considerado como un sistema originario, sino más bien como un derivado de lalengua. El infans recibe aluviones de sin sentido, y su cuerpo se afecta. Responde balbuceando, aquello que más adelante en su vida, no podrá dar cuenta en el decir.
Encontramos en un testimonio de pase de Irene Kuperwajs[xii] una enunciación enseñante. Irrumpe en la memoria un significante primordial olvidado durante décadas, que alude a un temprano acontecimiento de cuerpo. ¨Durante los primeros 6 meses de vida tuve ¨espasmosdesollozo¨, siempre escuchado al modo de una holofrase¨. Los padres relataban que ella se ponía azul y dejaba de respirar, retenía el aire y la voz, el grito y el llanto, eso los enloquecía. Por mucho tiempo, Irene intento obtener la última palabra sobre este trauma, hasta que la analista puntúa: ¨responde a la insondable decisión del ser¨. ¨Retener en vez de gritar. Entre los gritos maternos que representaban el goce ilimitado y el silencio del padre…el ¨espamodesollozo¨. La insondable decisión del ser fija ese goce al silencio.
El acontecimiento de cuerpo testimonia que la lengua deja marcas con las cuales el hablanteser tiene, a veces, que darse la vuelta, de adentro hacia afuera, con lo que es al mismo tiempo más íntimo, indivisible, y lo que sirve para crear un vínculo con el Otro.
Sin embargo, hay también incidencia de los detritos en el cuerpo social. Un cuerpo no es sin otros. Para Eric Laurent el cuerpo social se hace a partir de afectos que conciernen a los grupos y atraviesan los cuerpos individuales.[xiii] Cada hablanteser, en su singular uso de la lengua enlazada con el cuerpo, da cuenta del tratamiento de la enfermedad humana por excelencia.
Fragmentos clínicos
Antes de caer, la muerte[xiv]
G vino a la consulta cuando tenía 14 años, actualmente tiene 26, quería ser psicólogo. Muy pronto se devela para él mismo la verdadera razón de su demanda de análisis: los constantes pensamientos intrusivos de muerte. Pensaba en tirarse por la ventana o hacerse atropellar por un coche. G nació con parálisis cerebral, camina y habla con dificultad, no escribe con las manos. Odia y siente repugnancia por su cuerpo. ¨ Desde que nací odié la vida y odié mi cuerpo¨ Un pensamiento lo atormenta: caer. No le teme a la caída, sino a lo que siente en el cuerpo antes de la caída, es el cuerpo despedazado. La vida lo agota, la palabra lo drena. No quiere seguir siendo el pegamento de la familia, ese que los mantiene juntos y tampoco quiere seguir vivo por gratitud a todos. ¨Los amo y los culpo¨.
G nunca pensó llegar a la adultez, y hoy se sorprende cuando se escucha decir ¨quiero vivir, pero no de la misma manera, tú has sido mi pared, no quieres ayudarme. Yo necesitaba una pared para decir lo que nunca he podio¨
Una carta de amor[xv]
Lurdes, 7 años, insiste en ser llamada Joaquín en la escuela. La madre no tuvo una relación amorosa con el padre, quien a los dos meses después del nacimiento de L se fue a otra ciudad; recibe el apellido del abuelo materno. L dice que su padre le dio un segundo nombre, Joaquín y que ese es su apellido. Lurdes es su nombre y su apellido es Joaquín.
El tema familiar es un ¨lío¨. Cree que su padre ¨tiene un varón con otra mujer que también es su mamá¨. La analista pregunta: ¨ ¿Cómo tu mamá, si vos ya tenés una mamá? L propone jugar sin hablar y la analista acepta. Ella quería haber nacido niño, se viste como niño, aunque dice ¨yo sé que no soy un niño. La analista le pregunta cómo sabía eso y ella responde que su mamá se lo había dicho. ¨Mi mamá quería que yo fuese niño. Yo le digo que nací mal¨
Un día va a la escuela disfrazada de ¨gaucho¨. La analista le pregunta al verla entrar al consultorio, de qué estaba cambiada y L la corrige y dice: cambiado. En esa sesión juegan a la pelota y L anota los puntos. Escribe la inicial de su nombre junto a la de la analista y le pregunta si puede hacerlo, la analista acepta. Una alegría se descubre y anuncia que Joaquín ha encontrado un lugar. Cuenta que está enamorado de Helena y que le ha escrito una carta de amor. La madre le dice a la analista que J insistía y se alegraba cuando la llamaban Joaquín. J le dice a la madre: ¨Yo no soy como los varones¨, y ¨voy a tener que dejar de ser varón cuando tenga tetas como vos¨. La madre le responde que cuando creciera su cuerpo cambiaría y L, después de reflexionar le dijo: ¨…y bueno, lo voy a ir resolviendo¨.
El encuentro con la analista rectificó el lugar que la perspectiva de género daba a su nombre. De los dos nombres, Joaquín está en el lugar del ¨lío¨ familiar, el traje Joaquín le permite hacer funcionar eso que en la madre no tiene lugar. Entre dos nombres, la única condición de hacer par con las mujeres de su casa, ella promueve la diferencia con Joaquín. Cuando escribe la letra J, de Joaquín, deja de lado del analista lo que hay en este nombre para aliviarse de estar sola con ese nombre. El acting out de la carta de amor entregada a Helena, efecto de un vacío de interpretación. Dibuja a Joaquín con un corazón rojo a su lado. Joaquín, es Lurdes, un hombre que ama.
Lo que no se borra[xvi]
Lúcio, 10 años, repite un gesto sin parar. La madre teme que empeore y que haya ¨algo peor de fondo¨; consulta una neuróloga, TCC, y relata que su hijo es feliz. Los tics comenzaron en las vacaciones con el papá, quien vive en otra ciudad. En la fila de la montaña rusa, cuando le toca montarse, se arrepiente y al terminar de bajar las escaleras, hace el tic por primera vez. La analista le pide a la madre hacer el gesto. La relación amorosa de los padres termina por decisión de la madre, en una gran explosión de ira contra el padre, en frente del niño de menos de dos años. Mientras se gira para recoger al niño e irse, éste se niega, haciendo un gesto hacia atrás con los hombros. Al contar lo sucedido, la madre habla repitiendo el gesto en lugar de las palabras. La analista señala sutilmente: ¨! ¡Ah, el gesto! ¨ Impactada, la madre sale confiada de que el hijo debe iniciar el análisis.
Lúcio hacer el tic en la sesión, hasta encontrarse con la madre en la sala de espera. Nada relacionado con la separación fue malo ¨o traumático¨, expresión que llama la atención. Dice que está allí porque la madre quiere y por los tics, dos razones. Cuenta que el tic le impide dibujar, lo incómodo de haberse arrepentido en la montaña rusa y que el padre no se había enfadado. Dice que es un gesto sin sentido. Suspirando, dice una frase inusitada: ¨ ¿Por qué aquí huela tan bien? ¨. La analista aprovecha la oportunidad y pregunta: ¨ ¿Qué hace tu papá? ¨, ¨Es baterista¨. La analista repite la palabra, gesticulando. Lúcio acepta venir de nuevo y que dibujaría.
La madre dice que a él le pareció que la analista era ¨abstracta¨. Lleva instrumentos y una carpeta con dibujos y cuenta que los ¨tics desaparecieron mágicamente¨. ¨No soy yo quien hace eso¨. ¨ ¿Quién lo hace? ¨, responde: ¨mi cuerpo¨. La analista asiente y dice que en un análisis se puede hablar del cuerpo.
Escoge dibujar una mano. La analista propone no terminar el dibujo ese día, hace un corte en el segundo sombreado de las manos. Escoge llevarse el dibujo. Al salir del consultorio, hace el tic cuando ve a la madre. Decide escribir una frase en el dibujo: ¨! tras cada victoria, hay una guerra! ¨. Al escribir la frase se equivoca en dos letras: ¨! tras cada victoria, hay una gera! ¨ La analista lee. Olvidó la U y la R, letras que forman parte de su nombre propio y de una persona especial. Al acto fallido, risas y la constatación de que, incluso borrando, algo queda marcado y que “las letras lo cambian todo”.
Incluso asociando el gesto con la montaña rusa de la ira materna, lo que verdaderamente se extrae de este caso es que el hablanteser es afectado por la lalengua que alberga un goce sin palabras, sin memoria registrada más allá de la marca borrada que, sin embargo, se revela e inserta una iteración. Lo indeleble de una experiencia ordena una manera de estructurar el verbo, habitar un cuerpo e interactuar con los pares.
[i] Lacan, J., Conferencia en Ginebra sobre el síntoma. 1975. Intervenciones y Textos 2. Ediciones Manantiales.
[ii] Lacan, J., Seminario 1 Los escritos técnicos de Freud, Editorial, capítulo VII La tópica de lo imaginario. P. 139
[iii] Lacan, J., Conferencia en Ginebra sobre el síntoma. 1975. Intervenciones y Textos 2. Ediciones Manantiales. P. 129
[iv] Lacan, J. Seminario 14 La lógica del fantasma. Editorial Paidós. P. 101
[v] Viera, M. A. Síntoma, clínica y política, 2021. https://ebp.org.br/sp/sintoma-clinica-e-politica/
[vi] Lacan, J. Conferencia en Ginebra sobre el síntoma (1975). Intervenciones y Textos 2. Editorial Manantial.
[vii] Lacan, J. Seminario 20 Aún. Editorial Paidós. P. 167 y 168
[viii] Lacan, J. Atolondradicho. Otros Escritos. Editorial Paidós.
[ix] Alberti, C, 2025, Corpos aprisionados pelo discurso. In: Correio, Revista da Escola Brasileira de Psicanálise. N° 94, 2025, p. 17.
[x] Fari, Pascale (2022). Conferência Internacional: Hablar es un trastorno del lenguaje. Disponível em: https://www.youtube.com/watch?v=qz4jD-2ONDw . Out 2022. Acesso: julho de 2025.
[xi] Idem.
[xii] Kuperwajs, I. Tomar la palabra. Revista Lacaniana de Psicoanálisis Número 27. P. 113.
[xiii] Eric Laurent Eric Laurent. El goce y el cuerpo social. Lacan Cotidiano #594
[xiv] Caso atendido por Aliana Santana (NEL/AMP)
[xv] Caso atendido por Verónica Fernández (EOL/AMP)
[xvi] Caso atendido por Cristiane Barreto (EBP/AMP)