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¿HEMOS PASADO LA RAYA? LA DEVASTACIÓN DE LA NATURALEZA HUMANA

SALA: LA DEVASTACIÓN DE LA PALABRA
¿HEMOS PASADO LA RAYA?
LA DEVASTACIÓN DE LA NATURALEZA HUMANA

 

“La creación del reino de la fantasía dentro del alma halla su cabal correspondiente en la

institución de «parques naturales», de «reservas», allí donde los reclamos de la

agricultura, el comercio y la industria amenazan alterar velozmente la faz originaria de

la Tierra hasta volverla irreconocible. El parque natural conserva ese antiguo estado que

en todos los otros lugares se sacrificó, con pena, a la necesidad objetiva. Ahí tiene

permitido pulular y crecer todo lo que quiera hacerlo, aun lo inútil, hasta lo dañino. Una

reserva así, sustraída del principio de realidad, es también en el alma el reino de la

fantasía”. (Freud, S., Conferencia 23 «Los caminos de la formación del síntoma», en

Conferencias de Introducción al Psicoanálisis. Obras Completas. Amorrortu, t.XVI,

Buenos Aires, 1993, p.339)

 

Relatores: Viviana Mozzi (EOL); Paula Iturra (NEL); Oscar Reymundo (EBP)

Participantes: Ariel Hernández (La Plata), Camila Poupadouk (São Paulo), Daiana Regojo (Buenos Aires), José Augusto Rocha (Baía da Traição), José Juan Ruiz Reyes (Ciudad de México), Juliana Horowitz (Buenos Aires), Lucas Horvath (Buenos Aires), Luisa Carvalho Miranda de Lima (Palmas), Miguel Ramírez (Cochabamba), Milena Nadier (Salvador), Peter Molineaux (Santiago de Chile), Stephanie Rudeke (Ciudad de Guatemala).

  1. ¿De qué raya se trata?

Podemos situar, en principio, las preguntas que funcionaron como pistas de lectura del título mismo de este Observatorio: ¿la naturaleza es humana? ¿Se trata de la devastación humana de la naturaleza? ¿El humano devastando la naturaleza? ¿Devastado por la naturaleza? ¿Devastación de la humanidad? ¿O será acaso que la naturaleza humana “es” la propia devastación? Paradojas que llevaron a situar que no se trata solo del incendio del mundo, sino también de la hoguera íntima. La devastación no es ajena al sujeto, lo devastado nos constituye.

Asimismo, tres significantes, extraídos también del título, generaron contradicción, paradojas, tensiones: la devastación, la naturaleza, lo humano. Algo hace “ruido”, provoca enigma.

Por último, el título también incluye una pregunta que Lacan hace a su auditorio mientras dicta su seminario sobre La ética del psicoanálisis:

[…] ¿hemos pasado la raya?

No se trata de lo que hacemos aquí, sino de lo que sucede en el mundo en que vivimos. Que en él se profiera un ruido bastante vulgar no es razón para que no lo escuchemos.[i]

¿De qué raya se trata?

La búsqueda de Lacan es situar la barrera no tan nítida entre el deseo y el goce, lo que excede al campo del Bien que se despliega entre ellos y la Ley como su función interdictora.

Para ello se sostiene en los desarrollos freudianos acerca de que el deseo se funda sobre un vacío central que excede el principio de placer. Lo unheimlich, das Ding, son algunos de los nombres freudianos de ese más allá, fuera de sentido e intraducible. El sujeto se mantiene a distancia de ese núcleo éxtimo que lo funda, ¿qué barreras lo detienen y protegen de su propio centro?

Una de esas barreras es la función de lo Bello, en tanto “detiene al sujeto ante el campo innombrable del deseo radical, en la medida en que es el campo de la destrucción absoluta”, y agrega que es “porque lo verdadero no es demasiado bonito de ver que lo bello es, si no su esplendor, al menos, su cobertura”.[ii]

La transgresión de esa raya/barrera nos convoca a interrogar qué hay más allá de ella. Y Lacan nos advierte: “si sabemos que hay una barrera y que hay más allá –nada sabemos sobre lo que hay más allá”.[iii]

  1. ¿De qué naturaleza se trata?

Dado que somos seres hablantes, la naturaleza, así como sus fenómenos, no puede ser otra cosa que una serie de hipótesis inventadas por el deseo de conocimiento del científico. Así, el significante “naturaleza”, no puede ser otra cosa que una invención del ser hablante que debe situarse, como toda invención, en un tiempo histórico.

De hecho, según el discurso sobre la naturaleza, lo que los seres hablantes creen haber descubierto sobre sus leyes ya se ha dicho y se sigue diciendo. Cualesquiera que sean los fenómenos de la naturaleza, no hablan, no tienen inconsciente, ni se ven afectados por síntomas; por lo tanto, estos fenómenos que estudia la ciencia no dicen nada más que lo que el científico les hace decir, en cada momento.

En su conferencia de 1974 en Milán, Lacan se refirió a una amenaza que no se estaba atendiendo: “A fuerza de remover las cosas que no podían en verdad haber hecho venir sino del cielo, [la humanidad ahora está siendo] son ahora comidos por lo real”.[iv] Por cierto, la ciencia produce conocimiento que, al tocar lo real, por un lado, salva millones de vidas y, por otro, la arruina.

El sintagma “La devastación de la naturaleza humana” es equívoco:  puede interpretarse  que la naturaleza humana está siendo devastada o que la naturaleza humana es devastadora. Ambas lecturas son posibles y no se excluyen.

Podemos decir, que la naturaleza es una ficción científica, pero también es una ficción civilizatoria, si se pone el acento en los semblantes de las diferentes culturas que arraigan su identidad en la tierra que habitan, en sus símbolos… Sin embargo, la naturaleza humana se caracteriza por el hecho de que el hablante es el único ser vivo del planeta que debe inventar, uno a uno, su propia forma de lidiar con la realidad del vacío de la existencia. Eso implica, que no se trata de regresar a una “naturaleza ideal”, que sabemos perdida desde el origen, pero tampoco se trata de un atravesamiento brutal de las ficciones/semblantes.

Lacan no propone un retorno romántico a la naturaleza ni a una moral conservadora. Su propuesta es ética e implica “no ceder ante el deseo”[v] –teniendo en cuenta la dimensión de lo que corre bajo él–, pero también no ir más allá de cierto punto, no forzar lo Real,[vi] puesto que lo bello funciona como un velo, una forma de mantener una relación con la Cosa sin violentarla.

Sabemos que estamos frente a “La posibilidad de traspasar ese límite, ese punto de no retorno, no proviene solo de la amenaza nuclear”[vii] –como sucedió durante la crisis de los misiles en el 1959, año en el que Lacan empieza a dictar este seminario–; “La otra gran amenaza es la del cambio climático y, en general, la devastación ecológica del planeta”.[viii]

  1. La apuesta del psicoanálisis

Éric Laurent plantea que “lo irrespirable del aire contaminado es tomado como ejemplo mismo de los efectos de la ciencia [y de las tecnociencias] que hacen irrespirable al mundo”,[ix] que producen efectos de ahogamiento a nivel de la civilización.

¿Hay posibilidad de hacer lazo más allá del saber impuesto por la ciencia basada en la evidencia? El analista tiene una herramienta fundamental: la transferencia y propone al psicoanálisis como un espacio de respiración artificial; “pulmón artificial”[x] en relación con el aire contaminado del agente del imperativo de la pasión por el saber inherente a la conjunción entre ciencia y discurso universitario.

Así, lo irrespirable de la pasión por el saber se diferencia del deseo de saber puesto en juego en el discurso analítico, que funciona como una ayuda “contra”, un lugar entre paréntesis a esa pasión mortífera; y el analista en el uso de la función del sujeto supuesto saber, para prescindir de él al final. Sujeto supuesto saber hacer lazo, un saber hacer sobre aquello que permita hacer respirar a los cuerpos frente a los efectos de certidumbre de la viralización de los discursos imperantes.

La apuesta, desde el campo del psicoanálisis, es escuchar el “ruido” de lo que jamás podrá ser escrito, para sostener la tensión de esa “raya” y su más allá del que nada sabemos, y lograr hacer operativos los semblantes. El psicoanálisis nos enseña que la “raya” no solo tiene que ver con la trasgresión de una ley, atravesar una interdicción, sino arriesgar para ir más allá de lo sabido.

El propio Freud traspasó los diques de su época, perturbó la defensa al darle lugar a la palabra de las histéricas para que hablen de sus síntomas y descubrió en ellas, en sus palabras, que tenían relación con la sexualidad. Y más aún, sitúa aquello que de lo sexual nunca tendrá inscripción.

El analista con su acto perturba, no hay vuelta atrás. Los finales de análisis nos enseñan también del atravesamiento de una “raya”, el fantasma, y su más allá: localizar el programa de goce que da cuenta del efecto respecto al nudo del cuerpo y del goce, para producir un nuevo arreglo.

Advertidos por la ética de las consecuencias, hay modos y modos de traspasar la “raya”, no se trata de devastar al parlêtre; se trata de la orientación por lo real y no de forzar lo real. No se trata del atravesamiento salvaje de las ficciones, teniendo en cuenta que la naturaleza también es una ficción.

Proponemos que hay modalidades de “traspasar la raya”: puede funcionar como defensa, puede ser brutal, puede provocar un cambio radical en un sujeto, pero siempre ese atravesamiento toca el cuerpo y allí el psicoanálisis tiene su lugar orientado a producir un nuevo arreglo con el goce.

Allí situamos la cita que preside esta mesa acerca de “responder a la devastación generalizada creando el campo sensible para que las palabras puedan operar construyendo las ficciones, sus modos de decirlas, manteniéndolas próximas al cuerpo. Así es como el psicoanálisis puede hacer que la rueda de la alianza entre la ciencia y el capital se detenga por un instante”.


[i] Lacan, J., (1959-1960) El Seminario, Libro 7, La ética del psicoanálisis, Buenos Aires, Paidós, 2007, p. 278.

[ii] Ibíd., p. 262.

[iii] Ibíd., p. 279.

[iv] Lacan, J., “A la Escuela Freudiana”, Conferencia en Milán, 30 de marzo de 1974. Versión bilingüe en la página de la ELP: https://ecole-lacanienne.net/wp-content/uploads/2016/04/30-03-1974.pdf

[v] Lacan, J., (1959-1960) El Seminario, Libro 7…, óp. cit., p. 382.

[vi] Ibíd., p. 100.

[vii] Castrillo Mirat, D., Psicoanálisis y política, un encuentro necesario, España, Xoroi Ediciones, 2024. p. 151.

[viii] Ibíd.

[ix] Laurent, É., “La angustia del sabio y su síntoma ecológico”, Zadig España, 10 de enero de 2023. Disponible en: https://zadigespana.com/2023/01/10/la-angustia-del-sabio-y-su-sintoma-ecologico/

[x] Ibíd.