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MODALIDADES DE MORIR EN EL SIGLO XXI 

SALA: LO ETERNO DE LO INFANTIL
MODALIDADES DE MORIR EN EL SIGLO XXI 

«Una pizca de seriedad. La muerte pertenece al dominio de la fe. Ustedes tienen mucha

razón en creer que morirán, desde luego; eso los sostiene. Si no lo creyeran, ¿acaso

podrían soportar la vida que tienen? (Lacan, J. “Conferencia en la Universidad

de Lovaina”, pronunciada en Octubre 13 de 1972, Revista Lacaniana de Psicoanálisis

Año XI, n.23, octubre 2017, p. 13-14.)

Relatores: Elena Levy Yeyati (EOL); Paula del Cioppo (NEL); Cristiane Grilo (EBP)

Participantes: Alejandra Guerra (Buenos Aires), Ana Beatriz Zimmerman (Rio de Janeiro), Ana María Valle (Ciudad de Guatemala), Barbara Afonso (Belo Horizonte),Carla González (Caracas), Fabricio Donizete da Costa (São Paulo), Gabriela Villaroel (Cochabamba), Graziela Pires (Salvador), José Sananes (Buenos Aires), Lilibeth García (Lima), Patricia Pena (Buenos Aires), Soledad Arrieta (Buenos Aires).

 

Psicoanalistas frente a las modalidades del morir en el siglo XXI

 Si hay una cosa absolutamente cierta, es que de ningún modo es en dar un sentido a la vida que desemboca el discurso psicoanalítico. Él da un sentido a montones de cosas, a montones de comportamientos, pero le da, no el sentido de la vida, tampoco nada que comience a razonar sobre la vida

Jacques Lacan[i]

 Introducción

En el trabajo de este Observatorio nos encontramos con un paisaje árido. La tasa de suicidios y otras muertes violentas de adolescentes y jóvenes en América Latina, independientemente de las clases sociales, es alarmante[ii].  ¿Cómo pensar esta tendencia? ¿Como resultado de un ilimitado empuje pulsional a gozar o como una búsqueda de la muerte para terminar con una existencia dolorosa?

Vemos que la pregunta por la muerte, sobre todo en jóvenes, no admite respuestas en un solo sentido.

Camus expresó una crítica temprana a las posiciones a las que conducen ciertas perspectivas ideológicas sacrificiales: “…se hacen matar por las ideas o las ilusiones que les dan una razón para vivir”[iii]. Una idea comparable la reencontramos en Televisión. Ante la pregunta ¿qué me cabe esperar? Lacan dirige su respuesta muy especialmente a Miller para advertirle sobre las utopías, sobre las esperanzas que engendran ciertas causas políticas: “Sepa solamente que he visto varias veces a la esperanza -lo que llaman: los mañanas que cantan- llevar a la gente que apreciaba tanto como lo aprecio a usted al suicidio muy simplemente… El suicidio es el único acto que puede tener éxito sin fracaso”[iv]

Lacan plantea una oposición entre, por un lado, la esperanza depositada en el éxito de ilusiones grandiosas y su reverso, -el suicidio como acto logrado- y, por el otro, lo que puede esperarse del psicoanálisis tan basado en actos fallidos. Esas esperanzas, esos “mañanas que cantan”[v], aluden a quienes abrazaron esperanzas utópicas que terminaron por fracasar, especialmente tras el mayo francés. Por otro lado, Lacan dice que del discurso analítico cabe esperar otra cosa, que es del orden de una elucidación del inconsciente para quien ya esté decidido a ello por su transferencia.

En el contexto histórico actual, donde se enfrentan la narrativa ultraderechista del culto al éxito individual con la respuesta defensiva-depresiva de la ideología liberal, ¿qué tiene para ofrecer el discurso analítico?

Para responder a este interrogante nos centramos en la problemática de los jóvenes que se enfrentan a la muerte, particularmente en aquellos que demandan ser escuchados en diferentes contextos: universidades, instituciones públicas, consulta privada.

Entre exceso y desecho

Cada 17 minutos muere un joven negro en Brasil[vi]. De cara a esta cruda realidad, se exploró la situación de adolescentes en situación de vulnerabilidad involucrados en el tráfico de droga[vii].

Estos jóvenes hablan de un camino trazado hacia la muerte y la no existencia: “en la vida es matar o morir”, “la llave de la muerte es el tráfico”. Para algunos, “dejar un hijo en el mundo” es importante, porque saben que su vida será corta. Al mismo tiempo, hay una desorientación en la vida, en el goce sin límites que desborda en imperativo pues afirman, “es mejor vivir un poco como un rey que mucho como un Joe”[viii]. Relatan que cuando están “en la adrenalina” del tráfico, no hay tiempo para parar, pensar o soñar.

Se trata de sujetos que en la mayoría de los casos parecen no haber sido deseados, cargando una marca de abandono como objeto desecho y residuo, que se reactualiza en el Otro social en el momento de la adolescencia en la que se hacen matar o matan.

Por otra parte, se observó la situación de los jóvenes que consumen fentanilo en la frontera entre México y EEUU, como modalidad del morir asociada al autismo del goce y al antiamor[ix].

En EEUU el fentanilo es la tercera causa de muerte en menores de 19 años[x]. Pero esta problemática no afecta solamente a ese país porque también concierne a los migrantes deportados que pululan en la frontera con México. Por lo tanto, se extrajeron algunos dichos de consumidores de la “droga zombi” recogidos por la prensa, que llaman la atención porque retratan posiciones de goce: «El fentanilo te duerme, no sé por qué te hace sentir tan bien. Lo tomo varias veces al día porque cuando no lo hago, te da unas ansias tremendas». En otro testimonio, se comenta que la persona no tiene intención de regresar a su ciudad natal y cree que su vida sería muy diferente de no haber sido deportado de EU. Allí tiene dos hijos con los que hace años que no habla porque olvidó sus números de teléfono. «Encontré dos teléfonos con los que podría haber buscado a mi hermana o hijos, pero los voy a vender para comprar droga. Claro que me gustaría dejarla, ayer se murió un compañero, pero no es fácil…»[xi].

En una investigación en Brasil[xii], se trabajó el tema de los suicidios en serie en una cárcel para travestis, mujeres trans y hombres homosexuales. La muerte allí es generalizada, está a cielo abierto: personas sin lazos familiares ni políticas de cuidado o protección, cuyo único lugar es la prisión. Los suicidios no asustan, y los que lo intentan y no lo consiguen son duramente castigados. Los jóvenes que acuden a la “Ventana de Escucha” se sorprenden cuando siguen vivos y se sienten culpables cuando sus compañeros mueren.

En la consulta privada se observó una tendencia a formas de relación con los objetos pulsionales, con el cuerpo y con el lenguaje en las que el sujeto carece de una estructura capaz de nombrar el malestar que lo habita.

El goce autista como modalidad del morir silencioso nos remite a B (27), que luego de una internación por una anorexia severa que la puso al borde de la muerte, consiente a hablar en análisis de la tristeza y del vacío. El silencio extremo, sostenido y soportado en el cuerpo del analista, le permite esbozar paulatinamente un gusto por la lectura y la escritura.

La creencia en la muerte[xiii] como alivio ante el asedio de la angustia es un punto de partida para ubicar la posición de una adolescente que sufre de un “desierto de palabras para la vida”. El analista se ofrece como lector de una carta que inaugura la escritura de una serie de textos. Así, la escritura constituye una maniobra para inscribir una distancia mínima, vida-texto-muerte. La imposibilidad de escribir la muerte, con la tarea de intentarlo y fracasar cada vez, resulta eficaz para lidiar con los efectos personales de la depresión.

V (11) escribe sobre un cuerpo que no quiere ser mirado, un rostro que no se reconoce en el espejo, un silencio lleno de ruido: “nunca pensé que un día estaría pensando en matarme”. Dice: “Quisiera saber quién soy… sin tener que agradar a nadie”. En ese punto apareció un indicio de consentimiento al trabajo analítico, sin embargo, poco después se alejó de los encuentros. Pasado un año fue hospitalizada por intento de suicidio a través de la ingestión de medicamentos. Se observa la inclinación a salir de la escena en el preciso momento en que se acerca a una articulación de su historia como sujeto: ¿quién soy? [xiv]

Finalmente, se observó que la proporción de suicidios entre los indígenas brasileños es actualmente 2,7 veces superior a la de la población general[xv]. En este sentido, a partir de una experiencia con estudiantes en la universidad, se recurrió a los aportes de Marcelo Veras, quien presenta el concepto de necrosuicidio como el efecto de un “delirio de que la salvación es el ultraliberalismo”, que da consistencia a “una intolerancia cada vez más radical de la alteridad”[xvi]. El necrosuicidio se puede pensar como una de las marcas del racismo en las relaciones sociales brasileñas.

Hasta aquí se presentaron retazos de la enunciación de jóvenes negros, inmigrantes, indígenas, adolescentes privados de la libertad, arrojados a los márgenes de la sociedad o amenazados por narrativas que se presentan bajo la lógica de todo o nada. Entre ellos, hay quienes se hacen matar mediante la violencia, el abuso de sustancias, trastornos alimentarios y conductas de riesgo, así como los que matan, generalmente hundidos en la especularidad de “o el otro o yo”, que a menudo son asesinados, en una dinámica que solo les devuelve el goce avasallador del Otro. Radiografía de un mundo que se debate entre duelo, melancolía y rechazo de una escena en la que se podría inscribir un deseo no anónimo.

Cementerio de elefantes

Algo fracasa en los discursos que proponen soluciones prestablecidas para un asunto como el suicidio u otras modalidades del morir, que atañen al goce y a la posición del sujeto en el Otro. Desde el discurso político lo que no funciona se administra contando, legislando y educando. Entre tanto, el pseudo discurso capitalista procesa el malestar con la ley de la oferta y la demanda. Precisamente en esta dirección se inscribe la película “El cementerio de los elefantes”[xvii], una mirada sobre el cinismo que caracteriza a ciertas prácticas contemporáneas.

El film denuncia una realidad poco conocida del submundo de La Paz – Bolivia, una forma peculiar del suicidio en lugares donde se bebe hasta morir. Así, la “ley de la cantina” ordena el acceso a un consumo ilimitado de alcohol, lo necesario para consumar el acto, a condición de que se pague por adelantado. El servicio incluye la “suite presidencial”, un cuarto inmundo con apenas un foco de luz, un colchón en el piso, un cubo para hacer las necesidades y un espejo que coloca al personaje frente a la imagen de la agonía. Finalmente, el servicio de tirar al muerto en un callejón para que la policía lo recoja.

Se puede remarcar el lugar que tiene el suicidio en este “submundo”.  Podría decirse que pertenecer a él ya es un gesto suicida, precisamente porque se está expuesto a la muerte y dispuesto en todo momento a morir. La arista irónica de los “cementerios” no pasa inadvertida para Viscarra, cuando destaca los dichos del policía que exhibe la utilidad de estas cantinas: un trabajo encubierto para reducir el número de borrachos que deambulan por la ciudad- tugurio.

Juve, de 33 años, es alcohólico desde los 14. El personaje se presenta sin máscara: “no hay nada ni nadie que me ate a este mundo”; es el producto de una “aventura de su madre con un extranjero”. La pregunta sobre el destino recorre todo el filme, pero con un carácter de interrogación metonímico. Se trata de un asunto circular, sin metáforas. La única decisión que toma el personaje es entregar a su amigo en carácter de “Sullu”[xviii]. Así, aprovechándose del alcoholismo de su “hermano de sangre”, lo engaña y lo ofrece para que lo entierren vivo en los cimientos de un edificio en construcción. Acto seguido, con el dinero obtenido por vender a su amigo, se suicida en el cementerio de elefantes.

¿Con quién juega su partida el analista?

A modo de conclusión, surge la pregunta por la posición del analista ante las modalidades del morir en el siglo XXI, – intentos de suicidio y otras muertes violentas – que presentifican un sufrimiento corporal, dejando al descubierto que el acto se sitúa en un horizonte de rechazo del inconsciente[xix]. Entonces, para el analista se trata de maniobrar con el silencio de las pulsiones y el reto es circunscribir y/o interrogar lo que no habla.

Para estar a la altura de este desafío, los practicantes se adentran en los escenarios institucionales, universitarios y en el consultorio, advertidos de que no se trata de curar la pulsión de muerte, sino la alojarla bajo transferencia. En este sentido, se observó la función mortífera del ideal en el caso de M, un adolescente que vivía en una villa y que, ante la inminencia del alta de su tratamiento en una institución de rehabilitación, fue asaltado por la idea de tentarse con la vida anterior y de no poder torcer su destino, por lo que tomó psicofármacos ilegales y murió. Así, debajo del ideal de “salir de la villa”, se puede leer el vacío de significación, una lógica de todo o nada que lo empujó a dejarse caer de la escena del mundo. ¿Se puede leer aquí un acto logrado?

Tomando en cuenta lo anterior, el analista imbuido de una “modestia activa”, permite al sujeto delimitar, articular o incluso bordear ese empuje hacia el goce mortífero. Ante la ausencia de demanda y el silencio pulsional, la buena posición es una oferta, una invitación a lo que puede surgir; la figura del analista dócil que, apuntando a una cesión de goce, introduce una mínima pausa, invitando y forzando el consentimiento del sujeto.

Como enseña Lacan en Lovaina, nada en el discurso analítico desemboca en darle un sentido a la vida[xx].  Sin embargo, el analista juega la partida, no con el sentido, sino con los divinos detalles que enlazan al sujeto a la vida, advertidos de que cada partida es única y diferente.


[i] Lacan, J., “Conferencia en la Universidad de Lovaina”, 13 de octubre de 1972, Revista Lacaniana de Psicoanálisis, año XI, número 23, 2017.

[ii] Observatorio Venezolano de Violencia. (2023). Informe anual de violencia autoinfligida. https://observatoriodeviolencia.org.ve/news/informe-anual-de-violencia-autoinfligida-2023/

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2024, 6 de septiembre). Estadísticas a propósito del Día Mundial para la Prevención del Suicidio (10 de septiembre). https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2024/EAP_Suicidio24.pdf

Aristegui Noticias. (2024, 10 de septiembre). Crece la tasa de suicidios en México; 63% de los casos involucran a jóvenes. https://aristeguinoticias.com/1009/aristegui-en-vivo/entrevistas-completas/crece-la-tasa-de-suicidios-en-mexico-63-de-los-casos-involucran-a-jovenes/

Villarroel, M. (2013, 10 de septiembre). Bolivia registra en cinco años 3.495 suicidios; el 33% en La Paz. La Razón. https://www.la-razon.com/sociedad/2013/09/10/bolivia-registra-en-cinco-anos-3495-suicidios-el-33-en-la-paz/

World Health Organization WHO (2025). Disponible en: https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/suicide

Noticias disponibles en: https://agenciabrasil.ebc.com.br/saude/noticia/2023-09/brasil-registra-1000-suicidios-de-criancas-e-adolescentes-por-ano

[iii] Camus A., El mito de Sísifo, Buenos Aires, Alianza, 1981, p.16. [Lo que se llama una razón para vivir es, al mismo tiempo, una excelente razón para morir].

[iv] Lacan J., “Televisión”. En Otros escritos, Buenos Aires, Paidós, 2010, pp.568-56

[v] Expresión francesa que proviene del título de un libro (Péri, Les Lendemains qui chantent) y que, según explica Éric Laurent, se incorporó al lenguaje común.

[vi] Cerqueira, D. (2018). Atlas da violência 2019. (org). IPEA. Disponível em http://www.ipea.gov.br/portal/images/stories/PDFs/relatorio_institucional/180604_atlas_da_violencia_2019.pdf -El Atlas de la Violencia, publicación anual del Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea) y del Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP), es un importante estudio que analiza datos sobre la violencia en Brasil.

[vii] El presente informe forma parte de la investigación doctoral en curso en la Universidad Federal de Minas Gerais desarrollada por Bárbara Afonso.

[viii] Todas las frases entre comillas son declaraciones de adolescentes en situación de vulnerabilidad y involucrados en actos infraccionales, atendidos por el Proyecto Desembola na Ideia en Belo Horizonte/MG, Brasil.

[ix] Miller, J.-A., “La teoría del partenaire”, Revista Lacaniana, 19, Buenos Aires, Grama, noviembre 2015

[x] Blasco Ros, C., Monteagud Romero, S., (26 de mayo 2023). La plaga del fentanilo: así actúa esta droga devastadora. El País. Disponible en: https://elpais.com/ciencia/2023-05-26/la-plaga-del-fentanilo-asi-actua-esta-droga-devastadora.html

[xi] González Díaz, M., (15 de diciembre 2022). “Tomo fentanilo varias veces al día. Si no lo hago, me da unas ansias tremendas»: la pionera sala de consumo seguro en América Latina que combate las muertes por sobredosis en México. Disponible en:  https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-63581276

[xii] Janela da Escuta. Laboratorio do CIEN e Programa de Extensão, Ensino e Pesquisa da Universidade Federal de Minas Gerais, desde 2005

[xiii] Lacan, J. “Conferencia en la Universidad de Lovaina”, op. cit., p. 7.  En este trabajo Lacan hace la distinción entre la muerte, que es “del dominio de la fe”, y la vida, cuyo único rasgo característico es que se reproduce. “Ustedes tienen mucha razón en creer que van a morir, desde luego; eso los sostiene. Si no creyeran en eso, ¿podrían soportar la vida que tienen?”.

[xiv] Lacan J, El Seminario, Libro 5, Las formaciones del Inconsciente, Paidós, Buenos Aires, 2010, p. 253

[xv] Pesquisa Fapesp. Revista da Fundação de Apoio à Pesquisa do Estado de São Paulo. Reportagem de Renata Fontanetto. Edição 333, nov 2023. Publicação online em 25 out 2023, atualizado em 28 de fev. 2024. Disponível em:<https://revistapesquisa.fapesp.br/taxa-de-suicidio-entre-indigenas-supera-em-quase-tres-vezes-a-da-populacao-geral/>. Acesso em 19 de abril de 2025.

[xvi] Veras, Marcelo. A morte de si. São Paulo: Cult Editora, 2023, p.51-52.

[xvii] Tonchy Antezana, 2008. Película basada en la obra del escritor boliviano Víctor Hugo Viscarra, donde la muerte es el tema central.

[xviii] Sullu es una palabra aymara que significa “feto”. En los rituales andinos, especialmente en Bolivia, los sullus —generalmente fetos de llama— son ofrendas esenciales a la Pachamama (Madre Tierra), usadas al iniciar construcciones como gesto de respeto y protección. En el ámbito urbano han circulado relatos sobre “sullus humanos”: personas en situación de vulnerabilidad, en estado etílico, que habrían sido enterradas vivas como ofrenda. Aunque reportado por medios periodísticos y relatos populares, su veracidad es difícil de comprobar, por ello se sitúa entre el mito urbano y la denuncia social.

[xix] Laurent, E, Estabilizaciones en las psicosis, Editorial Manantial ,1989, p.  123-124

[xx] Lacan, J. “Conferencia en la Universidad de Lovaina”, op. cit., p. 11. El sentido de la vida como tal es su reproducción y, en todo caso, cada parletre sostiene (o no) un sentido singular.