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Rúbrica Eje 2 – SEMBLANTE Y REAL

Maria do Rosário Collier do Rêgo Barros
EBP/AMP 

Agregar al hablar la dimensión del testimonio pone en juego la presencia de algo que escapa al sujeto al hablar, lo atormenta y trasciende cualquier intención de comunicar. Está allí lo que atormenta, lo que angustia, sin que se pueda hablar. El testimoniar requiere un trabajo, la construcción de una verdad mentirosa, una hystoria[1], que hace transmisible lo que permite lidiar con la tormenta.

El uso del habla en análisis sirve para tratar un real que acosa a cada uno de forma muy singular. La experiencia del habla dirigida a un analista abre la posibilidad de entrar en contacto con lo que escapa, punto de partida para la creación de una ficción, “cuyo lastre es algo que no cabe en palabras y no cabrá nunca”[2].

Extraer de las ficciones, de los fantasmas construidos en análisis, lo imposible que  circunscriben es lo que da testimonio del real que tratan. Es de esa forma que el psicoanálisis acoge las ficciones y fantasmas como puntos de apoyo en la articulación que cada uno hace entre semblante y real.

El psicoanálisis se sustenta en un discurso en el cual el lugar de semblante es ocupado por el objeto a. En ese lugar, el objeto es índice de lo imposible de una totalidad en el nivel del sujeto y de un absoluto en el nivel de la verdad y del goce. La interpretación analítica, como dice Jacques-Alain Miller, introduce lo imposible, que asegura el real en cuanto al habla[3]. Lo que hace valer al mismo tiempo el límite de la interpretación. Estar advertido de que la interpretación tiene límite va a dar lugar a una modalidad de escucha que privilegia la distancia entre hablar y escribir. Es a partir de esa distancia que se puede leer lo que las ficciones y fantasmas circunscriben como imposible. Extraer de ellas una verdad mentirosa a lo largo de un análisis abre camino para que la verdad se conecte con el real que marca el límite de la ficción y que va a permitir consentir con una nueva forma de satisfacción que puede llevar la marca de la singularidad.

Colocar juntas la verdad y la mentira da una nueva dimensión a la verdad y a la mentira. Y de esa forma permite que la verdad mentirosa tenga una función en el tratamiento de lo real.  La captura que puede ejercer un todo vale como verdad, tendencia del relativismo generalizado propio de nuestra época, lleva a una degradación del semblante, ya que este pierde su conexión con el real de un goce que contiene tanto la dimensión de la contingencia, como la de lo imposible.

Concluyo con una frase de Serge Cottet: “No tenemos, entonces, que aprobar ningún philosophème relativo al ser auténtico, ni empujar hacia el cinismo de la burla de los semblantes”[4].  Tenemos que apostar a que la verdad mentirosa toca el real que se transmite a través de ella.

Traducción: Ana Ibañez
Revisión: Allana Santana


[1] Lacan, J. Prefacio a la edición inglesa del Seminario 11. Otros Escritos. Paidós, Buenos Aires, 2001, p.600.

[2] Do Rêgo Barros, R.: É isso uma coisa? Prefacio para el libro de Lucíola Freitas de Macêdo, Primo Levi: la escritura del trauma. Rio de Janeiro: Subversos, 2014.

[3] Miller, J-A. La fuga de sentido, capítulo VII Monólogo de la apalabra. Paidós, 2012. Clase del 31 de enero de 1996.

[4] Cottet, S. Vacillation sauvage et vacillation calculée. In : Revue de psychanalyse la Cause Freudienne, n.47, p. 83.