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Ser grande no es cuestión de edad[1]

Carolina Puchet Dutrénit[2]

Hace unos días mientras manejaba por mi ciudad vi la publicidad de una tienda departamental muy conocida que me llamó la atención. Era la fotografía de una mujer de cierta edad y decía lo siguiente: SER GRANDE NO ES CUESTION DE EDAD. Enseguida que lo ví pensé que el eslogan sería el título de esta intervención, sin duda los publicistas, quizás sin saberlo, plantean una cuestión muy psicoanalítica. Efectivamente para nosotros, los analistas, el inconsciente no tiene edad, trabajamos con sujetos, ¿pero esto qué significa? ¿cuándo podemos decir que ahí hay un sujeto? Lacan planteaba que muy pronto hay la insondable decisión del ser, es decir, que ante la contigencia del nacimiento y el encuentro con lalengua el ser tiene una respuesta. Luego viene la causación del sujeto, que no es sin su relación al objeto y la pregunta por el deseo que lo trajo a este mundo.

Todo esto que, desde otros discursos, se podría plantear que sucede en un  tiempo cronológico, es decir, por etapas, para nuestro discurso y nuestra orientación sucede en un tiempo lógico. Entonces más allá de la edad de la persona que viene a vernos, encontrar un sujeto y su enunciación, tiene que ver no solo con lo que lo causa sino también con el consentimiento de ese ser que decidió muy prontamente. Un análisis, como bien dice el hermoso argumento del siguiente ENAPOL, trata de hacer hablar. Hablar lo que no se sabe, hablar lo que no se puede, hablar de las cosas locas. Hablamos, además desde la posición de hijos, es decir, desde el deshecho de un deseo que nos trajo al mundo. Esto pone en acto el malentendido, la no relación sexual, y la respuesta que cada uno ha dado de manera sintomática a este encuentro.

El modo en que cada uno responde a la no relación sexual muestra, según Lacan, por un lado que al sujeto se le ubica en su decir pero por el otro lado por su relación al goce y su objeto, que es una preocupación a lo largo de su enseñanza. Cómo dar cuenta de que no todo se puede decir, no todo se atrapa con lo simbólico. En este sentido, la práctica clínica con niños nos permite asistir a ese momento donde la relación del sujeto con el objeto se está construyendo, las marcas de lalengua aun pueden ser, en cierto modo, visibles si estamos atentos para verlas y el inconsciente se nos presenta a cielo abierto en el lenguaje y el juego.

El trabajo con lo infantil tiene toda su relevancia por lo que enseña, en primer lugar acerca de la causación subjetiva, y segundo lugar por cómo se hace con el objeto que elegimos y somos, con el que gozamos. Es por esta razón que decimos que no hay psicoanalistas de niños porque no hay personas mayores sino sujetos responsables de su enunciación y su goce, más allá de la edad cronológica.


[1] Texto presentado en la Preparatoria de la NEL, en 12/04/25.

[2] Miembro de la NEL/AMP.