Gustavo Stiglitz (Presidente de la EOL)

La familia es una máquina de instilar la lengua que hablamos.

Lacan lo dice con otras palabras en su «Conferencia en Ginebra sobre el síntoma», en 1975.[1]

Siempre me llamó la atención que lo que se aborda y desarrolla en dicha conferencia desemboque en un debate sobre el autismo.

Es allí que Lacan pronuncia su famosa frase de que los autistas son «personajes más bien verbosos».[2]

Es que el autismo nos enseña lo más íntimo de lo que se juega en una familia, justamente por lo que no anda.

No es la primera vez que Lacan señala que la lengua no se aprende.

Aquí dice que se instila. Pero en «La dirección de la cura y los principios de su poder» ya había dicho, en relación con el juego del Fort Da, que es el «punto de inseminación de un orden simbólico que preexiste al sujeto infantil y según el cual le va a ser preciso estructurarse».[3]

Más tarde en El seminario 10, en relación con la voz como vehículo de los significantes, precisa que una voz «no se asimila, sino que se incorpora».[4]

Inseminar, incorporar, instilar, distintos modos de decir que el significante impacta en el cuerpo y se anuda a él, o no lo hace.

La familia en ese sentido es la máquina de instilar, inseminar lo simbólico para dar lugar al cuerpo hablante. El vehículo es la voz, que se incorpora, o no se incorpora.

La cosa tiene la dimensión del acto que junta las piezas sueltas de lalengua y el cuerpo.

La familia es la condición de posibilidad para que tenga lugar ese «nuevo acto psíquico» freudiano,[5] que no es otra cosa que la producción, en cada ser hablante, de la juntura más íntima del sentimiento de la vida.

Si en la conferencia «Joyce el síntoma» Lacan pone el acento en que somos hablados por nuestra familia,6 en el Seminario 24 el acento pasa al lado del ser hablante cuando dice que cada uno inventa la lengua que habla. Así, «familia» pasa a ser un predicado que atribuye ser familiar a aquello que transmita las piezas con las que cada uno inventará su lengua a partir del acontecimiento de cuerpo que funda al cuerpo hablante.

NOTAS

  1. Lacan, J. Conferencia en Ginebra sobre el síntoma. Intervenciones y textos 2. Buenos Aires: Manantial. 1998, p. 124.
  2. Ibídem, p. 135.
  3. Lacan, J. La dirección de la cura y los principios de su poder. Escritos 2. Buenos Aires: Siglo veintiuno. 2008, p. 568.
  4. Lacan, J. El seminario, libro 10, La angustia. Buenos Aires: Paidós. 2006, p. 299.
  5. Freud, S. Introducción del narcisismo. Obras completas. Tomo XIV. Buenos Aires: Amorrortu. 1986.
  6. Lacan, J. El seminario, libro 23, El sinthome. Buenos Aires: Paidós. 2006, p. 160.