Angélica Marchesini (EOL)

La toma de conciencia de los problemas de la época, a veces no significa acuerdo con las propuestas actuales a la solución de los mismos: esta clínica de la época advierte que algo anda mal en la infancia y en la adolescencia, pero los remedios que proponen para curar el mal son diversos, y a veces, opuestos, muestran sobre todo una ruptura con la gramática, el lenguaje, lalengua.

Es un universo tan vasto, de clasificaciones numerables y observables que se tropieza con la falta de referencias precisas. El estudio del bullying como un indicio de psicosis, asegura que los jóvenes tardíamente experimentan delirios y alucinaciones. Es la investigación de Andrea Schreier [1] del Instituto de investigación de ciencias de la salud en la Escuela Warwick (Reino Unido); relaciona la aparición de la psicosis con el hecho de que el niño haya sido víctima del bullying. Hace un tiempo, el suicidio de una niña discapacitada, víctima de acoso escolar, fue leído como consecuencia del bullying. Es difícil cuantificar los casos de suicidio, o de desencadenamiento de psicosis, relacionados con el acoso. Si bien, estas son situaciones extremas, el acoso escolar comporta un gran padecimiento psíquico para quien es objeto del maltrato.

La serie 13 reasons Why narra un suicidio de una joven como consecuencia del bullying. Hannah Baker deja unas cintas de cassettes antes de su muerte, explicando los motivos de su decisión. La historia de un suicidio se hace presente, como así también los lazos adolescentes, relaciones con los padres, los acosos escolares. La serie está ambientada en institutos americanos y en hogares de familia. En ambos se hace presente el declive de autoridad, tanto en padres, como en profesores. Si bien hay normas, en la casa, en el Instituto, se ausenta una transmisión de los mayores hacia los más jóvenes.

La familia de Hannah, la protagonista, pasa por una difícil situación derivada de problemas económicos y los padres ignoran las dificultades por las que atraviesa la joven. Ella es inhibida, es objeto de bullying en el Instituto y se siente «un estorbo» para sus padres. Así, se encierra sobre sí misma, no pudiendo comunicar sus padecimientos, se sumerge en la angustia.

Mientras que Bryce, el malo de la película, especie de matón, capitán del equipo de béisbol, parece el producto de padres ausentes. Él realiza fiestas, hace uso de drogas, sexo sin consentimiento, etc. Esa cara oscura se ve encubierta por su lado más popular, para todos es un líder carismático. Varios son testigos silenciosos, participes cómplices, y temerosos de ser la próxima víctima. [1]Nadie quiere ser segregado y en ocasiones, eso lleva a proteger a Bryce de situaciones injustificables.

El bullying es la temática fundamental de la serie que muestra todo tipo de actos de acoso no solo a Hannah sino a otros co-protagonistas. Por ejemplo Tyler, el chico de las fotos, en un principio es el acosador, realizándole fotos a Hannah y Courtney que luego se viralizan por las redes sociales. Jessica y Hannah sufren acoso sexual, por la misma persona. Bryce, es el que ejerce el acoso sin ningún tipo de remordimiento. Hannah no denuncia el bullying, ni todos los tipos de agresiones que sufre en situaciones de lo más violentas. Salvo cuando va en busca de ayuda al psicólogo del Instituto. La entrevista es un mal encuentro en el que el profesional interviene de manera desafortunada, ese fue el día del suicidio de Hannah.

En nuestra sociedad el bullying es un tema actual. Estos jóvenes son interrogados por sus propios cambios, extrañezas, impulsividad, transformaciones del cuerpo y encuentros con su propia sexualidad. Surgen impasses e inseguridades por no asegurarse una inclusión en la comunidad de sus pares. En la escena del bullying, participan el acosado y el acosador. Ambas posiciones son problemáticas. El acosador rechaza la diferencia por lo que supone es intolerable, manipula al otro, al cuerpo del otro, desplazando a ese lugar su agresión, exclusión, e injuria, quedando él a resguardo. Cuando el cuerpo de ese adolescente está perturbado, inquieto, excitado, desencajado, la vida de ese sujeto está alterada.

La víctima de acoso escolar es tomada como objeto de exclusión, dejándose hacer por el otro manipulador. La víctima es burlada, golpeada, humillada, sin poder hacer uso de sus recursos defensivos frente a las actitudes hostiles, a veces de lo más destructivas. Y suele pasar desapercibido, casos de exacerbación pulsional, o incluso actos hostiles que se llegan a ocultar o restar importancia hasta por la propia víctima. El bullying deja entrever la falta de ajuste entre las palabras y los cuerpos. Nos encontramos con síntomas que responden a los cambios relativos al momento de la civilización, pero también encontramos estos síntomas que se ubican de acuerdo al componente personal. El análisis libera al sujeto de su relación al cuerpo propio, de su embrollo con los otros, invistiendo al Otro y al cuerpo de otra manera. En búsqueda de la subjetivación, el psicoanálisis orienta para que los avatares del desarrollo sean retomados como subjetividad, y que el adolescente pueda servirse de las palabras, del cuerpo y de los otros, de otra manera.

NOTAS

  1. Schreier, Andrea, Prospective Study of Peer Victimization in Childhood and Psychotic Symptoms in a Nonclinical Population at Age 12 Years, 2009. Este ensayo recoge la investigación acerca de 6.000 alumnos, entre 8 y 10 años en los que se analizaron la existencia de síntomas psicóticos. Los datos revelan que hasta un 46% de los participantes fue víctima de bullying. En los años de seguimiento se pudo constatar que un 13% experimentó los síntomas psicóticos en forma severa con alucinaciones y delirios.