Por Juan Mitre
Juan Mitre: Teniendo en cuenta el próximo ENAPOL cuyo tema es Asuntos de familia, sus enredos en la práctica, y a partir de su libro Una lectura de Nota sobre el niño, queríamos preguntarle: ¿qué idea de familia se desprende del texto de Lacan «Nota sobre el niño»? Y a su vez, ¿cómo pensar su actualidad en el siglo XXI a la luz de las transformaciones familiares que encontramos hoy en día?
Aníbal Leserre: El texto de Lacan presenta, en general, en la diversidad de temas que aborda a pesar de su brevedad, un sentido de plena actualidad; por lo tanto, a mi entender, ambas cuestiones de la pregunta se relacionan. Si bien Lacan en el texto sitúa el fracaso de las utopías comunitarias con respecto a suplantar a la familia, no por eso se convierte en un defensor de la tradición, si no que más bien apunta al núcleo estructural de lo que conocemos como familia, en sus diferentes formas, las conocidas y las actuales que se están gestando en este nuevo siglo. Me refiero a la «función de residuo» que ella sostiene, en tanto mantiene, por así decir, el campo de una transmisión no anónima. Posibilidad para el «cachorro humano» de identificación que le permita contarse en el orden simbólico. En esta línea, diría que la idea de familia de la «Nota sobre el niño» es fundamentalmente que el niño se constituye en su seno (más allá de las diferentes formaciones) como sujeto de una referencia, en nombre de un deseo no anónimo. Entonces, un punto clave a mi entender, es si las diferentes transformaciones permiten o no esa operación, es más, me parece que tendríamos que cuestionarnos el término de «familia» para nombrar algunas de esas transformaciones en donde se anula la función de residuo a la que hacíamos referencia. Por supuesto que hay que investigar el tema ya que la familia como residuo se enlaza a la dependencia del orden estructural del lenguaje para el sujeto. Y nuestra actualidad implica una cierta tensión con el intento neoliberal de constituir una dependencia simbólica nueva para los sujetos bajo el mandato de que todo es posible, que nada es imposible (versión de una conocida publicidad). Un mandato que también recae sobre los componentes de la familia, el deber de construir una vida sana, feliz, rentable y quien no lo logra, es por sus limitaciones (vagancia, pereza, etc.).
Entonces, para continuar con el tema de la pregunta, diré que las nuevas transformaciones también están constituidas o construidas como efecto de discurso: amo, ciencia, etc. Y los cuerpos pulsionales que están en su seno son atravesados por esos discursos en su vertiente neoliberal tratando de oscurecer las marcas significantes. Sin embargo, este intento tiene un límite estructural: la hiancia que no se puede cubrir entre discurso y realidad en donde podemos ubicar lo heterogéneo que resiste a la homogeneidad que en la actualidad sería el circuito de la mercancía. Así que en este entramado los «asuntos de familia» tienen su múltiple interés.