Elena Levy Yeyati (EOL)

I

Nada estaría menos justificado que el sintagma «familia analítica». Si, como afirmó Lacan y reforzó Miller,[1] el inconsciente es el discurso del Otro, el de nuestra familia ante todo; y si, como sostuvo Bassols,[2] hacer un análisis implica un «des-familiarizar»; entonces ¿podemos emplear la expresión «familia analítica» para referirnos metafóricamente al psicoanálisis, los psicoanalistas y sus instituciones? ¿Qué podría significar una «familia analítica» donde, a diferencia de la familia de uno, es más fácil estar fuera que dentro? ¿Qué podría significar la expresión si el movimiento mismo de la experiencia del análisis va en contra del familiarismo? En este sentido, la «familia analítica» sería un modo de resistencia al psicoanálisis. La disidencia con la Asociación Psicoanalítica Internacional encarnada por Lacan mostró, como escribe Salman,[3] que la excomunión puede ser «un nombre posible para designar lo fuera-de-familia»… analítica. Pensar la institución de los psicoanalistas como una familia equivale a pensarla como un grupo que no logra liberarse de ser hablado por lo familiar, sus ideales, sus tótem y tabúes. Dicho kantianamente: defender ese familiarismo es síntoma de «nuestra culpable minoría de edad».[4]

II

Anotemos otras derivaciones de la palabra «familia» y consideremos el «parecido de familia» de Wittgenstein[5] en conexión con la idea de «familia analítica». Pensemos en los herederos de un legado del psicoanálisis que traza un recorrido de Freud a Lacan, y de este a la orientación lacaniana del Campo freudiano en nuestros días. ¿Qué se hereda? Una pregunta que ocupa el lugar vacío de la propiedad que definiría el ser analista. Somos herederos de una falla que, sin embargo, crea comunidad. Esa falla engendra disancia,[6] que es como una comunidad de «juegos de lenguaje». Así, se puede hablar legítimamente de instituciones de la orientación lacaniana -como las que componen la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP) y su vasto más allá, en el Campo freudiano- si admitimos que entre ellas hay como un «aire de familia», que existen redes que operan con el lenguaje, en narrativas que se superponen y entrecruzan.

Y si nos distanciamos aun más e interrogamos el punto de vista de la lengua, hay una «familia analítica» en el mismo sentido en que se dice que hay una «familia de palabras»: psicoanálisis, psicoanalista, psicoanalizante, psicoanalizar, psicoanalítico, psicoanalíticamente. Lo único en común que tiene esta familia son morfemas.

III

Desde el punto de vista del lazo social, podemos traducir «familia» por «comunidad analítica». En una conferencia que dictó Jacques-Alain Miller[7] en Buenos Aires en 1996, dialogando con, y en presencia de, algunos psicoanalistas de la AMP (Germán García, Miquel Bassols, Juan Carlos Indart, Samuel Basz, Jorge Alemán, en orden de aparición) definió a la comunidad analítica según algunas cualidades. Las mismas habían surgido de un contexto de enunciación, que tal vez hoy se nos pierda un poco porque estaba vinculado a ponencias de los analistas mencionados. Miller sostuvo entonces que la comunidad analítica es inconsciente en la medida en que es ese otro en el que resuenan testimonios y enseñanzas. Es una «comunidad particularizada con sus propias inhibiciones, con sus propios tabú y tótem, es decir, es siempre una segregación de la sociedad en general…»[8] Me baso en ese rasgo para traducir «familia» por «comunidad».

Septiembre de 2017

NOTAS

  1. Miller, J.-A. El ultimísimo Lacan. Buenos Aires: Paidós. 2014.
  2. Bassols, M. (2016). Famulus. Lacan 21. Disponible en http://www.lacan21.com/sitio/2016/10/25/famulus/
  3. Salman, S. (2017) «Lo que hace familia y la excomunión». VIII ENAPOL. Asuntos de familia. Disponible en http://www.asuntosdefamilia.com.ar/es/template.php?file=Boletines/Asuntos/002/Silvia-Salman.html
  4. Kant, I. Contestación a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración?. ¿Qué es la Ilustración? Madrid: Alianza Editorial, (Edición de R. R. Aramayo). 2004, pp. 83-93.
  5. Cf. Reguera Pérez, I. Estudio introductorio. Wittgenstein I. Madrid: Gredos. 2009, pp. IX- XCIV.
  6. Miller, J.-A. El ultimísimo Lacan. op. cit. «Disance«, en francés, es traducido al español por «disancia». Se trata de «un término introducido por Damourette y Pichon para expresar la lengua hablada por gente que ejerce la misma profesión» (pp. 9-10).
  7. Miller, J.-A. Nueve facetas de la comunidad analítica. Conferencias Porteñas. Tomo 2. Buenos Aires: Paidós. 2009.
  8. Ibid.