Por Iordan Gurgel (EBP)
La noticia «Tendrá un bebé con su hermana para conservar los genes» implica un enfoque que va más allá del tema de la reproducción. No se trata de lo que puede la ciencia, ni de las ficciones que involucran a la familia, el verdadero punto es lo real que está en el origen del sujeto.
Es desde el fracaso en el encuentro entre los sexos, y del deseo que dio origen a cada uno, que debemos pensar la familia.
El psicoanálisis, que distingue lo real del organismo y el cuerpo hablante, rompe con la lógica científica de causa-efecto (lo real es sin ley natural) y con la tentación de fundar la familia sobre la reproducción -el significante domina la naturaleza y también la familia.
El reconocimiento de nuevas formas de convivencia confirma la concepción de la familia como una estructura simbólica, aún tomando como referencia los lazos biológicos se distingue de estos para imponer sus propias leyes.
La pregunta que surge del caso de Samuel es su deseo de ser padre. El estatuto lacaniano del padre está dado por situar a la madre de su hijo en el papel de una mujer que causa de su deseo, es decir, hacer de una mujer el objeto (y ahí se configura la cuestión). Por otra parte, el niño más allá del semblante paterno se revela como un objeto.
Es en esta condición (no sólo como un objeto de la madre), que se puede reconfigurar la posición paterna, no a partir del significante sino a partir del lazo con el objeto.