São Paulo, 1 de junio de 2021

 

Louise,

Recientemente vi la película Malcolm & Marie. Se trata del diálogo de una pareja, cuya economía libidinal se produce a través del grito y el silencio. Una erótica donde la pulsión invocante realiza su circuito alrededor del objeto voz y donde el malentendido está presente. No sin angustia.

Del lado de ella, hay una demanda infinita de amor, desde una posición sacrificial, exigiendo de él el reconocimiento de todo lo que ella ha hecho en pos de su amor. Marie pide siempre más, porque no es eso. Encore, aún más.

Del lado de él vemos la degradación del objeto de amor, tal como lo desarrolló Freud en «Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa». Malcolm descalifica a Marie, la rebaja. En este ménage, la no relación sexual está abierta de par en par y el amor, que podría venir como respuesta a esta ausencia, no aparece sino en su cara devastadora.

Malcolm dice: «No te necesito, pero te amo». ¿Cómo entender esta afirmación, ya que, al fin y al cabo, para amar es necesario reconocerse en falta y, por tanto, castrado? ¿Malcolm ama a Marie? ¿Es la relación que predomina entre ellos lo que Lacan llamó odioenamoramiento?

 

¡Espero poder intercambiar contigo!

Un beso

Camila Popadiuk

Florianópolis, 6 de junio de 2021

 

Querida Camila,

Lo que escribiste sobre el papel de la pulsión invocante en la erótica de la pareja me hizo pensar que, además de los gritos y silencios, la música tiene una fuerte presencia en esta película, en la que las canciones entran en la conversación como un tercero. Es decir, se incorporan a la red de malentendidos. La canción final alude a una de las preguntas que propones, sin responderla: there’s a fine line between love and hate. (hay una delgada línea entre el amor y el odio).

Como puntuaste, la película muestra que la relación sexual no cesa de no escribirse. En esta hiancia, el amor puede hacer suplencia por vía de la palabra. Pero hay un real que itera, un querer-gozar indisociable del querer-decir que hace que los intentos de Malcolm y Marie fracasen. El amor como devastación se presenta. Emerge la angustia.

Pero también pensé en los encuentros amorosos contingentes. Cuando Malcolm y Marie se ríen juntos de sí mismos, ¿de eso se trata? Uno puede verlos como breves, fugaces

momentos de encuentro “en la pareja (…) de todo lo que en cada uno marca la huella de su exilio (…) de la relación sexual”.

Finalmente, ¿Malcolm ama a Marie? Ella dice que no, que solo la necesita. Él la contradice:  I just love you, baby. I don’t need you. Simplemente te amo, cariño. No te necesito. Intercambian palabras de amor y odio. Odioenamoramiento?

 

Un beso,

Louise Amaral

São Paulo, 16 de junio de 2021

 

Louise

Me pareció muy preciso, en el doble sentido del término, que llamaras la atención sobre la presencia de la música como un tercero en la trama de los encuentros y desencuentros entre Malcolm y Marie. De hecho, ella compone la modulación del circuito pulsional de la pareja.

Al cuestionar si la risa entre Malcolm y Marie serían ‘fugaces momentos de encuentro’ en la pareja (…) de todo lo que en cada uno marca la huella de su exilio (…) de la relación sexual ‘”, me recordó, de inmediato, del libro de Pierre Naveau, Lo que del encuentro se escribe. En él, Naveau presenta con riqueza la otra cara de la inexistencia de relación sexual.

En el prefacio, Éric Laurent anuncia que “el libro puede encontrar su cúspide en el abordaje del acontecimiento de un encuentro. El acontecimiento es, al mismo tiempo, un acontecimiento de cuerpo y de discurso. El encuentro condensa en sí mismo lo más precioso de lo que va de lo ‘imposible a lo contingente’ ”.

Ahora bien, lo real como verdadero patenaire del sujeto, ¿no sería precisamente en él que se funda la pareja?

 

Un beso

Camila Popadiuk

Florianópolis, 20 de junio de 2021

Camila,

Tu pregunta me hizo preguntarme qué es la pareja después de todo. Para situarlo a la luz del psicoanálisis, es necesario pasar por la inexistencia de la relación sexual, que no cesa de no escribirse. Siguiendo su referencia a Lo que sobre el encuentro se escribe de Pierre Naveau, por esa imposibilidad de articulación lógica, se llega a «dos Unos separados» o «Uno solo (Un tout seul) separado de otro Uno solo».

Sin embargo, del no-saber que corresponde a este imposible de escribir resulta el «afecto de soledad y de exilio» que «es la condición del encuentro». Se abre así la posibilidad de que una pareja, cada pareja, se invente, en la contingencia de un encuentro que cesa de no escribirse. Entonces, se habla de esta suplencia llamada amor.

Por tanto, la soledad del Uno no impide que una pareja acontezca, contingentemente. Es así como ubico los cimientos de la pareja en la realidad como imposible [de la relación sexual] y como contingente [en el encuentro amoroso], y también en ese «compañero real del sujeto» al que te refieres, en esta «singularidad de lo real a cada uno y a cada una” (Naveau), que está en el origen de las vicisitudes del amor para cada hablanteser.

Un beso

Louise Amaral