Ciudad de México, 20 mayo 2021
Querida Gabriela:
Para comenzar, permíteme invocar a Roberto Juarroz: “El amor es una excepción al vacío. Pero el vacío se concentra alrededor del amor.” (Obra completa II, Casi razón, 32).
Si el “milagro” del amor consiste en “hacer existir la relación sexual que no existe”, esto no significa hacerla posible (para todos, para siempre), sino algo del orden del encuentro (cada uno, cada vez). Pero el amor, al subsistir sólo en lo contingente del encuentro, tiende a desplazarse a lo necesario de la repetición y de la demanda –del cesa de no escribirse, al no cesa de escribirse.
¿Cómo diferenciar entonces esta dimensión “milagrosa” del encuentro contingente, del régimen de “encuentros seriales” al que nos empujan estos tiempos de amores “líquidos”?
Pienso en la pregunta que le devuelve el cartel del pase a Angelina Harari: “¿Por qué jamás Un hombre?, ¿no será Un hombre, pero sí una serie, bajo la dirección de la gula del superyó? Otro, otro, otro…”. Para ella se trataba de salir del impasse de una falsa liberación que la llevaba a “encarnar la figura de la Otra mujer” y a “hacerse objeto de goce de todohombre”. La solución singular de Angelina consistió en “formar pareja de forma diferente cada vez”, dividiéndose entre dos partenaires con encuentros en lugares muy distintos y con “razones singulares” en cada caso. No se trata de la serie –repetición sin fin del “juego pasional”– sino del encuentro vivificante y abierto a lo contingente: “busco relaciones cada vez más enriquecedoras, donde admiro y soy admirada”.
Abrazos
La Paz, 6 de junio de 2021
Querido Ángel:
Que dos saberes inconscientes se encuentren, es el milagro del amor. Enfrentarse a la imposibilidad de la relación sexual, es su puesta a prueba. No sin coraje ante fatal destino, nos lo recuerda Lacan (“Seminario Libro XX: Aún”, Ed. Paidós, Buenos Aires, 2014, pg. 174). El poeta nos lleva la delantera, sin Lacan sabe de ese vacío alrededor del amor.
Preguntas cómo diferenciar la dimensión milagrosa del encuentro, ¡para preservarla! Añadiría yo. Redoblo la pregunta, ¿qué hace que para cada quien alguien encarne ese al menos uno, que se exceptúe de la serie del todos o ninguno, y que consienta a ir lo suficientemente lejos en el coraje del amor?
Te mando un fuerte abrazo!
Ciudad de México, 21 de junio de 2021
Querida Gabriela:
La pregunta redoblada que me devueles, me hace pensar en esa “insondable decisión” que nos habita, esa oscura determinación que hace que de pronto podamos coger al vuelo y sin reservas la plenitud de lo efímero –cada vez.
Es allí dónde la experiencia analítica puede hacer existir algo del orden de lo “milagroso”, es decir de lo poético: ante la imposibilidad de respuestas, crear presencia: “La poesía crea, no soluciones, no fórmulas, no recetas fáciles para la vida, sino compañía para la vida.” (R, Juarroz).
Recibe un cálido abrazo
La Paz, 23 de junio de 2021
Querido Ángel:
Me han estremecido tus palabras “coger al vuelo y sin reservas la plenitud de lo efímero”.
Te agradezco la convocatoria a este intercambio, me permitió darle una vuelta más a algo que me venía interrogando sobre “esa insondable decisión”
Un abrazo