Patricia Moraga (EOL)
Lacan lamentaba que su enseñanza no tuviera en la sociedad las consecuencias que él quería¹. A principios de los setenta propuso leer lo social sirviéndose del sinthome como aquello que anuda los tres redondeles de cuerda (RSI) y sostiene la relación con el Otro sexo². ¿Cómo utilizar esas herramientas para leer las diferencias entre el movimiento “Indignados” (2011) y la “Marea de pañuelos blancos” (2017)³, a fin de abordar la indignación como pasión de un cuerpo político y el lugar de la dignidad en el psicoanálisis?
El ámbito público determina lo que no puede decirse y lo que no puede mostrarse. El silencio de los medios de comunicación masiva ante la inminente liberación de genocidas movilizó a la población argentina en rechazo a un fallo de la Corte Suprema de Justicia que beneficiaba a condenados por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar 1976-1983. El grito Nunca más fue un acontecimiento del cuerpo político que afirmó la vida en contra del silencio de la pulsión de muerte.
Esa movilización se distingue de la de Indignados, nacida de jóvenes con estudios pero sin trabajo, caídos del sistema, y que devino transgeneracional, sin líderes ni demandas específicas, contra la política que perjudicaba a las personas en beneficio de la elite financiera. Fue, pues, un grito del sujeto contra el Otro infernal que lo dejaba sin lugar en el mundo⁴.
Ambos casos evidencian cómo el cuerpo afectado por el lenguaje está tomado en los discursos. Las pasiones atañen al cuerpo y al goce (el del propio cuerpo o el del fantasma), y los conecta con el lenguaje. La indignación toca a la distinción entre dignidad e indignidad. En Lacan, la dignidad siempre se refiere a lo singular, pero esta conexión no es evidente si planteamos el problema del goce autista del síntoma. Para él, la sublimación eleva un objeto a la dignidad de la Cosa. Aquí la dignidad se equipara con la anulación del goce, que es idealizado y negativizado por el significante. Cuando el goce es elevado a la dignidad de la Cosa y no es rebajado a la indignidad del desecho, es sublimado, socializado⁵.
El deseo destaca un objeto entre todos, no equiparable a los demás, singular. Ese objeto sobrevalorado tiene la función de “salvar nuestra dignidad de sujeto” haciendo de nosotros “algo distinto de un sujeto sometido al deslizamiento infinito del significante”, algo “único, irreemplazable”⁶. Y Lacan localiza la dignidad del sujeto en el objeto a, causa del deseo: lo singular de una causa irremplazable. Así, sólo hacemos duelo por aquel cuyo deseo causamos.
El goce autista del Uno vuelve problemático afirmar la dignidad del síntoma. Si se basta a sí mismo, ese goce es indigno. ¿Cómo hacer lazo con él? Miller añade al sinthome el escabel sobre el cual se alza el parlêtre para “elevarse a la dignidad de la Cosa”, y lo sitúa del lado del goce de la palabra, del goce fálico y el sentido⁷. El sinthome es goce real del cuerpo y excluye el sentido. Su dignidad nace de hacer del síntoma un escabel en el lazo con el Otro.
“Indignados” y la “Marea de pañuelos blancos” nos enseñan a servirnos del acontecimiento de cuerpo para leer los síntomas sociales. En el primer caso, la indignación surge cuando la dignidad del sinthome es rechazada y lo singular es aplastado por lo universal. En el segundo, la dignidad del sinthome hace lazo sin hacer masa.
Sólo hay política de cuerpos hablantes. Cuando hay silencio en la ciudad, lo afectado es la dignidad del sinthome como lazo, y la segregación y la violencia proliferan.
¹ MILLER, J.-A. “La utilidad directa”. In: www.eol.org.ar.
² LACAN, J. El seminario, libro 23, El sinthome. Paidós, CABA, 2006, pp. 20, 99.
³ N. A.: El 11 de mayo de 2017, cientos de miles de personas se movilizaron con pañuelos blancos (símbolo de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo) contra la liberación de genocidas argentinos.
⁴ LAURENT, É. El reverso de la biopolítica. CABA, Grama, 2015, pp. 255ss.
⁵ MILLER, J.-A. “La salvación por los desechos”. El psicoanálisis, 16, Barcelona, España, 2009.
⁶ LACAN, J. El seminario, libro 8, La transferencia. CABA, Paidós, 2003, p. 199.
⁷ MILLER, J.-A. “El inconsciente y el cuerpo hablante”, Scilicet. El cuerpo hablante, CABA, Grama, 2015, pp. 29s.