Sobre “Diarios” de Alejandra Pizarnik¹

Silvana Facciuto (Participante EOL Sección Rosario)

“Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa”².

¿Cómo hacer con eso que no hay, que no va a haber, que falta? Y más aún, ¿cómo hacer cuando se está advertido y ya no es posible engañarse? Advertido, pero no de la buena manera, entendiendo por esta, la del psicoanálisis que no empuja al vacío. Alejandra Pizarnik (1936- 1972) lo intenta, y nos deja como testimonio sus Diarios, sus recorridos y sus palabras como “cuchillos de doble filo”³.

¿Por qué leerlos en clave cólera? Porque cada vez que irrumpe lo real y ella queda solo acompañada por la certeza de la muerte, la cólera le permite continuar y así sea por enojo, intentar nuevamente alejarse del agujero. Parecería que algo del significante vuelve a operar, algo del sentido se asoma y algo del goce puede ser apaciguado, al menos, para dar una vuelta más.

La escritura es la posibilidad de su salvación, un consuelo que la enloquece en el mismo momento en que la sostiene. Se puede leer el proceso que la lleva a rechazar al mundo, y todos los esfuerzos que hace para hallar puentes.

Al comienzo, escribe seguido, con detalles, acciones, iniciales, lecturas. Hay un intento de ordenar(se) y una esperanza en su futura obra. Es mordaz, oscura, violenta, insoportable.

Más adelante, esa esperanza se transforma en angustia, en miedo, en cólera a veces dirigida a los otros, su familia, amigos que la abandonan, pero eso rápidamente cae y la única culpable es su insignificancia. Y cada vez escribe menos.

Ella no se engaña, se cansa, pasa de la resignación a la desesperación y al dolor de estar viva. “Y he sufrido con las palabras de hierro, con las palabras de madera, con las palabras de una materia excepcionalmente dura e imposible”⁴. La palabra falla en su función, falta al discurso y el intento de curarse con lo mismo que enferma no funciona y eso enoja. Los diarios muestran el vacío al que se enfrenta, la potencia y los límites de la palabra y del lenguaje, y sobre todo, su dimensión del engaño.

Billetes

¹ PIZARNIK, A. Diarios. Nueva Edición de Ana Becciu. Argentina Ed. Lumen, 2016.

² ___________ Poesía completa. España Ed. Lumen, 2017, 2017, p. 283.

³ ___________ Diarios. Op. Cit., p. 83.

⁴ Ibid., p. 189.