Cristina Drummond (EBP)

Lacan decía, en los inicios de los años setenta, que el saber, en su forma no sabida, es difícil de ser transmitido. El discurso analítico que se ocupa de los desvaríos del goce en el momento actual de la civilización nos lleva a ver lo que ocurre con el objetivo de aprender a leer lo que pasa y recoger las respuestas de los sujetos. Esa lectura es la que permite que nos orientemos por lo real de nuestra clínica; clínica en la cual dar lugar a la palabra no es nada simple.

En ese sentido, me pareció fundamental que tomemos el incendio de grandes proporciones que alcanzó al Ninho do Urubu, centro de entrenamiento de Flamengo, en Vargem Grande, Zona Oeste de Rio de Janeiro. Había veintiséis jóvenes durmiendo en el alojamiento. De estos, murieron diez jugadores de las inferiores, entre 14 y 16 años de edad, y tres quedaron heridos en estado grave. Ese incendio dejó clara la división discriminatoria entre los alojamientos de los profesionales, que son cómodos y seguros; y los de los muchachos, que permanecían en containers precarios. Esa solución segregacionista muestra la desigualdad que parecía oculta por la idea de la oportunidad, y solo puede ser vista a partir de ese retrato de la realidad que en nada se parece al paraíso prometido. El goce racista que excluye, que no reconstituye otro, y que exige, se deja ver en las fotos de lo ocurrido.

Ese incendio que nos deja indignados, nos evidencia lo que Lacan enseñó en relación al niño: este viene al mundo en la posición de objeto, y su cara de desecho deberá ser recubierta por el deseo de aquellos que lo acogen. Cada uno de nosotros, dice él en el Seminario 17, es “determinado primero como objeto a”¹, en la medida en que somos “cada uno abortos de lo que fue, para quienes le engendraron, causa de deseo”².

En nuestro país, la perspectiva de volverse un jugador de fútbol de prestigio y con la posibilidad de salir de una condición económica precaria es el sueño de muchos. Al estilo de la pequeña Miss Sunshine, los jóvenes encontrados por los cazatalentos de los clubes, que pasan a ser los dueños de sus pases, son convocados a inscribirse en esa carrera promisoria. Esa perspectiva se impone a los adolescentes y los invita a ultrapasar sus inhibiciones y límites, proponiéndoles un goce que se presenta de modo feroz e imperativo. Sobre todo para esos jóvenes atletas talentosos, venidos de las periferias pobres casi todos ellos negros. Si la apuesta es la de ofrecer a esos jóvenes una salida que no sea por la droga, la muerte o por la degradación; lo ocurrido nos deja bastante incrédulos de ella.

Si la promesa es la de una relación con el deseo y lo fálico, lo que se presenta es el niño, tal como Lacan dice en sus “Dos notas sobre el niño”³, realizando la presencia del objeto pulsional en el fantasma, tomado no como ideal, sino en el goce, suyo y de sus padres.

No hubo padre para ver que los hijos se estaban quemando y no hubo despertar. Lo que se presenta como negligencia frente a la vida no se inscribe en ningún discurso organizado por los significantes, sino como pura pulsión de muerte que devora a los sujetos en salidas fallidas de la infancia, y hace de ellos ofrenda a la insaciable gula de un superhombre desenfrenado.

La otra cara de ese goce capitalista que resulta del acceso a los bienes de consumo, su cara mortífera, es lo que surge en esa situación grave y terrible del incendio en Flamengo: el poco valor de la vida de los jóvenes, la falta de perspectiva y cómo el Otro social los trata como objetos descartables. Mientras el club recibirá este año 700 millones de patrocinio del Banco de Brasil, negocia el valor a pagar a las familias de las víctimas.

Vivimos en un país donde el estudio es la primera fuente de ascenso social, y la segunda, sorprendentemente, es el robo. ¿Cómo sostener nuestra apuesta a la palabra y al deseo cuando nos vemos frente a incendios que no tenemos cómo apagar?

Traducción: Mariela Praderio
Revisión: Federico Oyola


¹ LACAN, J. El Seminario, libro 17: El reverso del psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós. 2017 p. 192.

² _______ Ibid., p. 192.

³ LACAN, J. “Notas sobre el niño”. In: Otros Escritos. Buenos Aires: Paidós. 2012.