Viviana Berger

Comienzo expresando un especial agradecimiento a las comisiones de la organización y a la comisión científica, presididas por Lizbeth Ahumada y dirigidas por Luisa Aragón –ambas aquí a mi lado, contingentemente en la Ciudad de Bogotá, debido a que las condiciones de la pandemia no nos permitieron estar presencialmente con los colegas de la sede de Santiago de Chile, a quienes envío un afectuoso saludo. Las comisiones han puesto todo su deseo, y hasta un poco más, para hacer posible este acontecimiento que adquirió una magnitud verdaderamente inédita en la historia de todos los ENAPOL. El trabajo de todos es una demostración en vivo del amor al psicoanálisis, una prueba irrefutable de la libido volcada en la causa y el affectio societatis que cultivamos en nuestra Asociación.

El recorrido ha estado fuertemente orientado por los significantes: encuentro, lazos, amor y nuevo -este fin de semana no es más que el corolario de este trayecto compartido entre las escuelas, no solo a propósito del ENAPOL sino también en el seno de los Observatorios, las Redes y las Comisiones de trabajo de la FAPOL. Aunque otros significantes serán brújula para el trabajo que sigue, éstos del ENAPOL continuarán, aún, determinando nuestro trabajo, en tanto la FAPOL como Federación que reúne a las tres Escuelas de América, está hecha de estos elementos.

Así, a lo largo de este período fuimos construyendo un nuevo síntoma para la FAPOL, empezando por el Bureau, y en interlocución permanente con el Consejo que, a su vez, incluye la extimidad de la AMP. La FAPOL también se reinventó, siguiendo una política de lazo, ajena al Ideal de homogenización, asumiendo los impases como retos, para consolidarnos como la Federación que somos y que queremos ser.

Los dispositivos de la FAPOL, así como el ENAPOL, nos invitan a salir del encierro en el Uno conocido, alentando la apertura al Otro, para capturar algo nuevo. La invitación es siempre: “Hablemos…”. Y particularmente hoy y aquí: “Hablemos de las cosas del amor”. Quizás este X ENAPOL, que me animaría a llamar de Nueva Generación, inaugura un funcionamiento de trabajo que perdurará. Como Judith Miller nos enseñó, si queremos entender el siglo y la actualidad de nuestra civilización, debemos comprometernos a acompañar los cambios del mundo para estar a la altura y que nuestra oferta del psicoanálisis siga vigente en la época que nos toca vivir.

Para estos días hemos elaborado un programa muy pensado, con actividades que incluyen en cada mesa la diversidad de los miembros de las tres escuelas, a los asociados y amigos de las sedes, cartelizantes, participantes de los institutos clínicos, estudiantes de las universidades, y allegados al Campo Freudiano en general. Es una apuesta por el porvenir del psicoanálisis en perspectiva: se trata de los analistas de hoy y también de mañana.

¿Cuál es la interpretación que el tema de nuestro encuentro hace sobre la contemporaneidad? ¿Cómo transformar la virtualidad en una herramienta que produzca tyché cuidando al psicoanálisis de los efectos de banalización del discurso de los medios? ¿Cuál es la oferta que hacemos, y cuáles son sus límites?  Estas son algunas de las preguntas que debatimos y que orientaron la elaboración del programa.

Diseñamos una jornada clínica donde se logre conversar y debatir con profundidad sobre la actualidad de la práctica analítica. Excepcionalmente, incluimos en esta ocasión un espacio para dar a conocer las nuevas observaciones sobre la actualidad que nos traen los observatorios, y también dedicamos un espacio para compartir las conclusiones de los debates al interior de la RUA (nuestra Red Universitaria de América) respecto a la situación del psicoanálisis en la universidad hoy, en particular a la luz del avance de los feminismos.

Contaremos con cinco Cupidos, cinco flechazos de los AE en funciones que aún no han dado testimonio en ningún ENAPOL. No habrá interlocución, pero sí los colegas convocados a presentarlos, extraerán una perla a destacar, a modo de resonancia de su transmisión.

Para finalizar, debo decir que es un honor para nosotros contar con las presencias de Éric Laurent, Christiane Alberti y Ève Miller-Rose, quienes nos acompañarán en estos días en distintas secuencias, muy importantes tanto en lo que hace a la orientación epistémica y política de la AMP como a los lazos que sostenemos con la Fundación del Campo Freudiano.

Hemos invitado también a Jacques-Alain Miller y a los colegas del Bureau y del Consejo de la Eurofederación, presidida en este período por Guy Briole, a quienes también expreso en esta apertura un amistoso saludo. Hay varias sorpresas que se irán develando a lo largo del fin de semana, cada quién hará su experiencia.

Auguro, entonces, unas excelentes jornadas de trabajo, que estoy convencida producirán la tyché que aviva la chispa de la causa analítica y asegura el comentario continuo del movimiento psicoanalítico. Es, realmente, una verdadera emoción comprobar el interés y el entusiasmo de cada uno de ustedes, que confirman el deseo que existe en América por el psicoanálisis de la orientación lacaniana.