Nuevos poros del amor

Lo nuevo abre un campo para el psicoanálisis, no de esperanza, sino de pasión. La pasión por lo nuevo, no solo como algo que debe soportarse, sino que incita a salir de una condena, de la prisión de parapetarse tras el padre ante la revelación permanente de la experiencia analítica: en el parlêtre no hay programa para la relación sexual.

Esa orientación respecto a “lo nuevo” nos propone J.-A. Miller [1] como el esfuerzo de poesía para los analistas de hoy y mañana: no responder a ninguna voz canónica, no ser hijos del padre, cada uno por un camino propio para actuar en la era “post paterna”.

¿Qué mejor que el amor para indagar lo nuevo? Si nuestra práctica cotidiana es la presión constante de hacer del goce parasitario, asfixiante y repetitivo un destello de deseo, ¿qué otro medio que el amor efectuará ese milagro en el ser hablante?

¿Cómo interrogar lo nuevo de este pasaje del goce al deseo? Quizá no advendrá por el amor a alguna forma de padre y su “decir que no” a la pulsión de muerte, ya que eso viene declinando. Sino más bien debemos advertirnos de los nuevos agujeros por donde la animación de la vida entra a los cuerpos. Sin verdaderos agujeros, la palabra de amor, la resonancia amorosa, no se abre paso.

Estamos en una época que tiende a colapsar esos intervalos, J. Lacan lo anunciaba de modo afectuoso: “todo orden, todo discurso que se entronca en el capitalismo deja de lado lo que llamaremos simplemente las cosas del amor, amigos míos”[2].

También hacía un preludio en el 74[3] sobre la locura de un “orden de hierro”, en lugar de la remisión amorosa de instancias para orientar el deseo de la cría hablante.

Eso redobla nuestro desafío: ¿Por dónde entra el amor en tiempos de “nada es imposible”, y de nominaciones de hierro? En una época signada por un ansia de colmar goces e identidades que no solo consumen la división subjetiva, sino que saturan el “entre”, por donde el amor palpita.

ENAPOL nos convoca a esta indagación clínica: ¿Por qué intersticios el amor se entromete hoy y enlaza los cuerpos? ¿Cómo es su decir en las nuevas cartas y lenguas? ¿Cómo habita más allá del binarismo y en las familias “postedípicas”? ¿Cómo muta hoy en violencia? ¿Cuáles son las formas en las que sigue enloqueciendo, generando nuevas erotomanías y cómo transita en diversas comunidades? ¿Cómo vibra el amor desde el caparazón del autismo? ¿Qué nos enseña el pase sobre sus transformaciones y su dignidad?

La transferencia analítica es nuestra referencia en el amor, en tiempos donde es posible “el yerro de negarse a amar el inconsciente”[4], y de desaliento de encontrar allí alguna verdad determinante. La pasión analítica se cierne a cada instante en abrir los poros para que alguna palabra pase y resuene, y se produzca ese fenómeno inefable de vivificación y contagio entre los cuerpos.

Quizá esa animación permita consentir a cierto vacío de significación que apacigüe la intrusión de lalengua traumática de cada uno. Solo desde ese vacío, es posible amar el pequeño invento “notodista” que haga la “vida síntoma” más satisfactoria.

Este X ENAPOL, que surge en medio de una peste que acecha a la humanidad, es un acontecimiento propicio para poner a prueba la interpretación analítica haciendo devenir el “amor como vacío de significación”[5]. Podemos investigar esa repercusión que no solo ventila los afectos de nuestros analizantes, sino como giros o signos de amor sobre la marcha frenética de los otros discursos de la polis.

Si el deseo del analista está en juego, lo nuevo siempre irá más allá del padre que salva o castiga, más allá de lo bello o de lo trascendente, tal vez lo nuevo estará siempre codo a codo con lo real del amor.

Esperamos sus aportes y contribuciones para esta elaboración colectiva sobre lo nuevo en el amor, y especialmente vuestros poros abiertos para el “affectio societatis” en nuestras tres Escuelas.

Gabriel Racki (EOL)


[1] J.-A. Miller, Un esfuerzo de poesía, Buenos Aires, Paidós, 2016, p. 291.

[2] J. Lacan, El Saber del psicoanalista, Charlas en Sainte Anne, 6/1/72, inédito.

[3] J. Lacan, Seminario 21, Los no incautos yerran, clase 19/3/74, inédito.

[4] J. Lacan, Seminario 21, Los no incautos yerran, clase del 11/6/74, inédito.

[5] J. Lacan, Seminario 24, clase 15/3/77, inédito.