El psicoanálisis es, en efecto, una actividad tan útil como honorable,
cuyos pormenores el público entendería perfectamente si les fueran
expuestos sin misterios, sin melindres, sin jerga –o la estrictamente
necesaria– sin tono de gran señor ni argumento de autoridad, y con
un poco de sentido común y vivacidad.
Jacques-Alain Miller, Cartas a la opinión ilustrada, Buenos Aires,
Paidós, 2002, p. 58.
Ap/bertura, nombre del Boletín hacia el XI ENAPOL, conjuga las dos lenguas que atravesarán el Encuentro, da cuenta del nombre del mismo –Empezar a analizarse–.
Por un lado, tal como se encuentra en el Argumento de la Comisión Científica, “hablar de entrada en análisis implica ubicar el momento y los índices de una transformación que separa un antes y un después”[1]; y parafraseando a Jacques-Alain Miller allí también sostienen que han pensado la entrada en análisis como ”un golpe asestado al fantasma fundamental”[2]. Habrá que tener en cuenta los avatares de la época, pero lo que se mantiene, es que en los comienzos de un análisis algo debe cambiar su lugar habitual, desordenarse, un atisbo de vacilación fantasmática que quiebra la fórmula del sujeto con el objeto, para que la puerta de entrada a un análisis quede abierta.
Por otro lado, la cita freudiana en este sentido mantiene su vigencia:
Quien pretenda aprender por los libros el noble juego del ajedrez, pronto advertirá que solo las aperturas y los finales consienten una exposición sistemática y exhaustiva, en tanto que la rehúsa la infinidad de variedades de las movidas que siguen a la apertura[3].
Sostienen en el Argumento que “la actual soledad del psicoanálisis es también una oportunidad para demostrar su diferencia radical con otros discursos”[4]. Teniendo en cuenta los avatares de la época y, a veces, las desfavorables condiciones para el discurso analítico, la primera “jugada” del practicante sigue siendo crucial para que se abra la posibilidad de una entrada en análisis.
Ap/bertura responde a la lógica de cierto disloque que se sigue sobre todo en las primeras tres vías de investigación del Argumento: algo se trastoca y ello precipita la consulta a un analista, es necesario ese quiebre para que se produzca la entrada y, a la vez, será necesario tener en cuenta esa “desarticulación” en las consultas respecto de los cambios epocales. Se puede entrever en el afiche del XI ENAPOL, ese efecto dislocado en el paisaje que se observa detrás de la puerta.
De este modo, la referencia a la ruptura, al quiebre, a lo que se abre, se desprende como brújula orientadora para la síntesis que el nombre de los boletines pretende amalgamar.
RÚBRICAS
A partir de la lectura del Argumento, se proponen tres rúbricas que conformarán cada uno de los boletines sostenidas en las vías de investigación propuestas por la Comisión Científica en el Argumento del XI ENAPOL.
RÚBRICA 1
TRANSFERENCIA
Sigmund Freud, llegando a la Clark University, y teniendo ya a la vista la estatua de la libertad decía: “No saben que les traemos la peste”. En El veneno (1939), René Magritte intenta mostrar la mediación espacial de la puerta que se convierte en mediación poética no solo al dejar pasar la nube, sino contaminándose del color y la apariencia del mar y el cielo que se atisban en el exterior.
A partir de la transferencia como rúbrica, se abren dos direcciones de investigación.
La primera se encuentra en la primera vía de investigación del Argumento: qué hace un parlêtre frente a un punto de traspié, un encuentro contingente, de desfallecimiento fantasmático o advenimiento de la angustia, cuando algo irrumpe en su vida produciendo un efecto de ajenidad en los lazos en la vida cotidiana o con el propio cuerpo. Se abre la pregunta: ¿qué lleva a un sujeto a buscar un analista? Abordamos la pregunta del Argumento con todo su peso, es decir, no solo subrayando los motivos sino ¿por qué un analista? Sabiendo de la oferta de la época en relación con las terapéuticas posibles, cómo instalar, cómo facilitar frente a los discursos contemporáneos, la transferencia al psicoanálisis mismo.
La segunda dirección, esta sostenida en la transferencia al comienzo de un análisis, pero ¿qué es y cómo se instala? ¿Cómo pensar el discurso analítico orientado a propiciar la instalación de la transferencia, frente a las presentaciones actuales?
RÚBRICA 2
TIEMPO/TEMPORALIDAD
La segunda rúbrica está reducida al tiempo: el cruce de dos tiempos lógicos –momento de concluir las entrevistas preliminares e instante de ver–, que da lugar al tiempo de comprender, si es que la puerta fue abierta de la buena manera. Es necesaria cierta disposición a la contingencia, pero, y sobre todo –tal como se sostiene en el Argumento–, una ruptura, por parte del practicante, con su anclaje en la suposición, para permitir que el saber del analizante se despliegue. Articulación que implica también tener en el horizonte la transferencia. En La perspectiva amorosa (1935), René Magritte ubica nuevamente el problema de la puerta y el agujero como rastro ausente de su carácter mediador. Aquí el exterior se ilumina mostrando un árbol hoja… Tal vez, una puerta abierta en el momento adecuado, donde se comienza a atisbar, en un recorte de esa puerta, aquello que estaba allí, pero cobra cuerpo y existencia a partir del agujero que se abre.
RÚBRICA 3
PERSPECTIVA DEL SÍNTOMA
La tercera vía que se propone en el Argumento, considera la investigación acerca de las modificaciones –si las hay– del comienzo de análisis en la actualidad, en la que no siempre contamos con las condiciones que se presentaban en los primeros tiempos del psicoanálisis. ¿Cómo situar los síntomas en los casos clínicos clásicos y los síntomas hoy? ¿Se encuentran diferencias a la hora de formalizar un síntoma analítico?
“El inicio de la experiencia de análisis podría hacer legible cómo lalengua escribe en el cuerpo la letra del encuentro traumático con un goce desconocido”[5], sostiene la Comisión Científica. La respuesta imprevista –obra también de René Magritte (1933), y según la descripción del propio pintor–, muestra “una puerta cerrada en un apartamento en el que un agujero informe revela la noche”. “Tener en perspectiva estas formas de la opacidad de sentido –continúa el Argumento–, vuelven acto la orientación por lo real desde el principio del análisis, singulariza la escucha analítica y la diferencia de otras terapéuticas”[6].
De este modo, se abren líneas de investigación acerca de la formalización del síntoma en la entrada en análisis, en tanto se produzca el pasaje de “un problema” a “un síntoma”; síntomas en la civilización, síntomas contemporáneos; síntomas al comienzo de un análisis.
VARIACIONES
El pecho (1961), pintura de René Magritte que ilustra esta rúbrica, es el resultado de una compleja serie de mutaciones: un montón desordenado de sillares se transforma en las casas con las que su función les relaciona. Al mismo tiempo, la disposición regular de las mismas contrasta con lo arbitrario de su amontonamiento.
La cuarta vía de investigación propuesta en el Argumento atraviesa transversalmente las tres primeras rúbricas, ya que “se dirige directamente a la relación que cada practicante tiene con el psicoanálisis mismo”[7]. Se trata de “un llamado a los practicantes”, resultado de una torsión a la manera moebiana, que parte de elaboraciones clínicas, epistémicas y políticas sobre la práctica, para arribar a una interpelación al propio practicante.
Es importante para la formación de los analistas y para la vida de las Escuelas no dar por sentado que los practicantes se analizan, sino más bien –y teniendo en cuenta el título del XI ENAPOL Empezar a analizarse–, animar a preguntarse por ¿cuáles son los elementos lógicos, epistémicos y políticos que permitirían decir que han empezado a analizarse? En esta cuarta vía del Argumento, se trata del riesgo inherente al sujeto a deslizarse hacia el sentido y lo anecdótico.
¿Cómo poder dar cuenta de que se ha empezado a analizarse, sin que eso desemboque en solo querer testimoniar sobre la propia experiencia? Es necesario un esfuerzo de logificación ante dicha contingencia inicial para así también poder transmitir la singularidad del psicoanálisis de la orientación lacaniana en nuestros días. ¿Es posible situar el punto en que un sujeto empieza a analizarse? ¿Se comienza una sola vez? Preguntas que se dirigen a los tiempos lógicos del parlêtre, pero que también incluyen al analista, su formación y maniobras en la clínica hoy. Será el parlêtre en el diván, bajo transferencia, quien pueda –a veces sin saberlo– dar cuenta de dicho inicio.
Se convocará especialmente a algún colega referentes de cada Escuela para que pueda desplegar estos puntos.
Contaremos en esta sección con aportes de personajes de la cultura o intelectuales, que respondan preguntas respecto a los inicios de los análisis. Y se presentarán también fragmentos deslavazados respecto al tema que nos convoca.
Los boletines podrán incluir aportes –de alrededor de 1500 caracteres–, de todos aquellos que quieran contribuir de forma espontánea, teniendo en cuenta que no tengan referencia a casos clínicos. Estos aportes estarán sujetos a la consideración de la Comisión y podrán ser enviados a Apbertura@gmail.com.
¡Bienvenidos a Ap/bertura!, boletín con el que contarán los viernes quincenalmente, con textos orientadores hacia el XI ENAPOL.
Paula Husni y Viviana Mozzi
Responsables de Contenido-Boletines de la EOL hacia el XI ENAPOL
[1] Véase: Argumento del XI ENAPOL, Recuperado en: https://fapol.org/wp-content/uploads/2022/12/ENAPOL-Argumento-y-Ejes-ES.pdf
[2] Miller, J.-A., “C. S. T. Clinique-Sous-Transfert”, La Conversación Clínica, UFORCA, Buenos Aires, Grama, 2020, p. 23. Cf.: Argumento del XI ENAPOL, ibid.
[3] Freud, S., (1913) “Sobre la iniciación del tratamiento (Nuevos consejos sobre la técnica del psicoanálisis, I), Obras completas, Volumen XII, Buenos Aires, Amorrortu, 1990, p. 125.
[4] Argumento del XI ENAPOL, op. cit.
[5] Ibid.
[6] Ibid.
[7] Ibid.