RÚBRICA 1

TRANSFERENCIA

Analista partenaire en la entrada

Elisa Alvarenga – EBP

En su texto “Una fantasía”, Jacques-Alain Miller señala que la última enseñanza de Lacan conduce a una inversión en relación al sujeto supuesto saber como pivote de la transferencia: la transferencia se convierte en el pivote del sujeto supuesto saber. Lo que hace que el inconsciente exista como saber es el amor, el amor es lo que podría mediar entre los uno-solo[1].

En efecto, en su “Introducción a la edición alemana de un primer volumen de los Escritos”, Lacan postula que, entre los seres sexuados, aunque el sexo sólo se inscriba a través de la no relación, hay encuentros, la feliz casualidad – bon heur. La transferencia es amor,  sentimiento que toma una nueva forma que introduce la subversión, no porque sea menos ilusoria, sino porque da a sí un partenaire que tiene la chance de responder. Es amor que se dirige hacia el saber, sin embargo el que permite la entrada en la matriz del discurso no es el sentido, sino el signo, que incluye el goce: hay un saber que no cesa de obrar a favor del goce. La contingencia es el lugar donde se demuestra la imposibilidad, dando fe de un real transmisible a través de la fuga a la que corresponde todo discurso[2].

Según Eric Laurent, Lacan no retrocedió, en su deseo de deshacerse de un sujeto definido por sus identificaciones, de identificar el discurso a una epidemia, afirmando el lazo directo entre el cuerpo y el Otro de la civilización[3].

¿Cómo se produce esta entrada en el discurso por el signo que incluye el goce? Podemos verlo no solo en los casos en que el sentido falta de entrada, sino también en la reanudación de un tratamiento analítico. Sérgio de Mattos nos da testimonio de ello en su texto “La buena suerte de analizar-se”[4], presentado en el Seminario Preparatorio del XI ENAPOL: su entrada en un segundo análisis se da desde una posición de goce ligada a un acontecimiento del cuerpo precoz.

Sérgio nos muestra de manera ejemplar lo que Lacan señala en “La dirección de la cura” respecto a la entrada en análisis: si Freud pensó que era necesario apoyarse en el establecimiento de la transferencia para interpretar, él mismo muestra, en sus primeras intervenciones con El Hombre de las Ratas y con Dora, que opera introduciendo al paciente “en una primera localización de su posición en lo real”[5]. Así, una primera interpretación del analista produce una impresionante rectificación de la posición del analizante y una entrada decisiva en la transferencia, con un sueño y un recuerdo de infancia.

Nuestro interés, a partir de este texto de Lacan de 1973, se refiere a las relaciones de la contingencia con lo necesario y lo imposible, en cuanto permiten la introducción del amor en los asuntos del goce. En el Seminario 20, Lacan muestra que, para que acontezca la contingencia en el espacio de goce, en el que se presentan nuestros pacientes, es necesario el acto del analista. La contingencia, lo que cesa de no escribirse, ¿no sería el surgimiento de una nueva forma de amor, que va más allá del amor narcisista y del amor ligado a la castración, ahí donde se demuestra la imposibilidad de tapar el agujero del Otro con su forma sintomática de goce? En este sentido, ¿podemos llamar a esta contingencia de emergencia como otro modo de goce, ligado a S(Ⱥ) y ya no más al objeto a?

Traductor: Carolina Vignoli.

Revisión: Marlon Cortés.


[1] Miller, J.-A., “Una fantasía”, Disponible en: https://2012.congresoamp.com/es/template.php?file=Textos/Conferencia-de-Jacques-Alain-Miller-en-Comandatuba.html

[2] Lacan, J., “Introducción a la edición alemana del primer volumen de los Escritos”, Otros escritos,  Buenos Aires, Paidós, 2012, pp. 579-585.

[3] Laurent, E., “La biopolítica de la pandemia y el cuerpo, materia de la angustia”, Lacan Quotidien, n.º 892, 11.06.2020.

[4] De Mattos, S., “La buena suerte de analizar-se”. Disponible en: http://enapol.com/xi/pt/portfolio-items/a-boa-sorte-de-analisar-se/

[5] Lacan, J., “La dirección de la cura y los principios de su poder”, Escritos 2, Buenos Aires, Siglo veintiuno, 2002,  p. 569.

RÚBRICA 3

PERSPECTIVA DEL SÍNTOMA 1

El síntoma Jano

Ana Viganó – NELcf

“…y nuestra carne
como la imposible espalda de Jano
se levanta igual que un jardín
que al arder se regenera”.

Jacob Lorenzo[1]

Respecto del síntoma, perogrullo mediante, estar en análisis no es lo mismo que no estarlo. El síntoma fuera del análisis se presenta egosintónico, identificado con el yo; el sujeto anda con él sin que le concierna demasiado, ni quiera decir nada para él, ni le traiga sufrimiento. Es lo que ubicamos en la perspectiva de algo que funciona. Para que ese síntoma sea analizable tal funcionamiento tiene que haberse roto. Sea por un encuentro traumático que rasga la pantalla con la que se ve el mundo, o sea por el encuentro con un efecto repetición que provoca un impasse, es con el disfuncionamiento del síntoma con que se tropieza, y aparece el llamado a un saber para reparar tal disfunción. Un mal-encuentro con lo real produce algo insoportable que afecta al cuerpo, al pensamiento o a ambos, y pide un alivio que comienza por ser dicho. Egodistonía, que Miller nombra como “síntoma-supuesto-palabra”[2], correspondiente al sujeto-supuesto-saber en su primera articulación. Transformar el sufrimiento en un síntoma que habla es lo que se ha postulado como el sentido del síntoma, una verdad que se puede descifrar de modo tal que, levantados los velos de su secreto, desaparecería. Pero es su persistencia lo que abrió otra perspectiva que Miller evoca como Jano de dos caras: “una cara de verdad y otra cara de real”[3].

Hay en el síntoma un querer decir pero “entender lo que «quiere decir», dice suficientemente que no lo dice”[4]. Si el hablar está habitado por un querer decir, es porque no se dice totalmente. El análisis aporta una dimensión novedosa: la lectura, en aquello que se escucha, de lo que insiste en escribir un goce, sobre el fondo imposible de escribir la relación sexual. De este modo, ubica al síntoma como un funcionamiento aún en su disfunción, puesto que se trata de aquello que se satisface en él, su querer gozar.

Si el sujeto padece el síntoma como disfuncionamiento, el análisis le permitirá encontrarle una función, obteniendo de él la materialidad gozosa con la que el sujeto mismo hace lazo. El síntoma es crucial, entonces, al inicio de un análisis y también al final; Jano, en ambas puertas. Pero, a diferencia de las caras del dios que difieren, el sínthome al final tendrá una relación topológica singular respecto del síntoma al inicio y, por eso, las primeras jugadas de la partida son fundamentales.

Aun así quedará siempre algo inaccesible, la espalda de Jano-síntoma, que el análisis vuelve resto fecundo, creador.


[1] Lorenzo, J., (2012) La espalda de Jano, Sevilla, Algaida Editores, p. 54.

[2] Miller, J.-A., (2008) El partenaire-síntoma, Buenos Aires, Paidós, p. 60.

[3] Miller, J.-A., (2011) Leer un síntoma, AMPBlog. Recuperado en: http://ampblog2006.blogspot.com/2011/07/leer-un-sintoma-por-jacques-alain.html

[4] Lacan, J., (1955) “Variantes de la cura tipo”, Escritos 1, Buenos Aires, Siglo veintiuno, 2003, p. 318.

RÚBRICA 3

PERSPECTIVA DEL SÍNTOMA 2

Un saber hacer frente al objeto analista

Samuel Basz – EOL

Vamos a considerar el comienzo de un análisis desde la perspectiva del objeto a. Tanto si tenemos en cuenta que el objeto a es la principal invención de Lacan, como si apreciamos que el objeto a es el agente de uno de los cuatro discursos que Lacan formuló: es el agente del Discurso del Analista.

Quien se dirige a un analista no está, por el solo hecho de demandar un análisis, inscripto como sujeto en el Discurso del Analista.

En el mejor de los casos, en ciertos contextos culturales, la transferencia al psicoanálisis facilita la formulación de esa demanda.

Pero al analista le llega siempre un paciente de las dificultades de la existencia.

Es necesario un tiempo para la inscripción del sujeto en el Discurso del Analista.

Se trata, en una primera etapa, de asegurar la estructuración de un síntoma que posibilite un decir inédito respecto del sufrimiento subjetivo. Un decir que funcione al mismo tiempo como una enunciación tal que le haga posible al paciente un saber hacer con la presencia del analista como objeto.

Es la etapa de las entrevistas preliminares en las que el analista interviene activamente en la construcción de ese saber hacer sintomal que Freud llamó neurosis de transferencia.

La neurosis de transferencia no es la del paciente que la sufre, es la del analizante que trabaja.

VARIACIONES

cortázar

Rayuela

“Era así, la armonía duraba increíblemente, no había palabras para contestar a la bondad de esos dos ahí abajo, mirándolo y hablándolo desde la rayuela, porque Talita estaba parada sin darse cuenta en la casilla tres, y Traveler tenía un pie metido en la seis, de manera que lo único que él podía hacer era mover un poco la mano derecha en un saludo tímido y quedarse mirando a la Maga, a Manú, diciéndose que al fin y al cabo algún encuentro había, aunque no pudiera durar más que ese instante terriblemente dulce en el que lo mejor sin lugar a dudas hubiera sido inclinarse apenas hacia afuera y dejarse ir, paf se acabó”.

Cortázar, J., Rayuela, Buenos Aires, Sudamericana, 1976, p. 404.

Último round

“Vencido el primer sentimiento de incomodidad, e incluso de vértigo, se descubrirá a cada peldaño un nuevo ámbito, que si bien forma parte del ámbito del peldaño precedente, al mismo tiempo lo corrige, lo critica y lo ensancha. […]

Es fácil tropezar y caerse. Hay cosas que solo se dejan ver mientras se sube hacia atrás y otras que no quieren, que tienen miedo de ese ascenso que las obliga a desnudarse tanto, obstinadas en su nivel y en su máscara…”

“Más Sobre Escaleras”, Último round, Barcelona, Editorial RM, 2010.

Julio Florencio Cortázar fue escritor, traductor y profesor de nacionalidad argentina. Nació en 1914 en Bélgica (su padre era funcionario de la embajada argentina en ese país) y falleció en París en 1984. Además de su ciudad natal, vivió en Suiza, Barcelona y París. Considerado como un paradigma de la literatura argentina, ha escrito numerosos cuentos, novelas y ensayos, convirtiéndose en uno de los autores argentinos más traducidos a otras lenguas. Es considerado como un paradigma de la literatura argentina.

Tapa collage de Paula Husni. Ilustraciones de interiores de Jean Michel Folou para los cuentos “Toda esfera es un cubo” y “Elecciones insólitas”. Iustración de Variaciones de Peter Schweri para el cuento “Sobre la exterminación de los cocodrilos en Auvernia”. Del libro: Cortázar, J., Último round, Barcelona, Editorial RM, 2010.