Sobre “Amores Perros” de Alejandro González Iñárritu¹
Lorena Greñas (NEL)
“Amores Perros” inicia la llamada “trilogía de la muerte” de Alejandro González Iñárritu, en donde un ambiente opresivo, carencias que atraviesan las clases sociales y diversas transgresiones, dan pie al despliegue de las pasiones humanas en las que el odio tiene un lugar preponderante y culmina en diferentes formas de violencia.
“… Acuérdate que todo dueño se parece a su perro”. El Chivo
En línea con el argumento del IX ENAPOL¹², el desarrollo de las tres historias que componen la cinta, transmite la precariedad de los lazos como consecuencia del declive del Nombre-del-Padre y su correlato, el imperativo de goce feroz y obsceno, como las peleas de perros que se muestran. ¡Homo homini lupus!… Freud resuena en las palabras del guionista Guillermo Arriaga cuando dice: “La película es una visión del ser humano […] Yo sí creo que el ser humano es muy paradójico y tiene una bestialidad a flor de piel. Sólo hay que rascarle tantito, por eso la analogía con los perros”³.
El encuentro con lo real, un choque de dos automóviles cambia radicalmente la vida de sus protagonistas y constituye el acontecimiento nodular que enlaza las historias paralelas.
La lucha entre Octavio y Ramiro por Susana da cuenta del odio como deseo de muerte del rival en el amor. Es la misma pasión que subyace al conflicto fraterno entre Luis y Gustavo.
Para Valeria y Daniel, el proyecto de una “feliz” vida en común se ve truncada por el accidente… al igual que la pierna de ella. Las clavijas no encajan más en los agujeritos y la cólera hace su emergencia.
La elección de el Chivo, quien vivía de la basura, siendo él mismo un desecho humano, le permite recuperar su dignidad y su nombre: Martín.
Los desafíos que el odio, la cólera y la indignación suponen para el psicoanálisis, se ilustran en una escena cerca del final. El Chivo dice a Luis y Gustavo: “Los dejo en su casa y ojalá puedan arreglar sus diferencias […] ora, que si hablando no se entienden, les dejo esto [una pistola] para que se comprendan mejor”. ¿Cómo maniobrar entonces para que la palabra recupere su poder?
¹ IÑÁRRITU, A. G. Amores Perros. Película. México. 2.000.
² IX ENAPOL. Argumento. “Odio, Cólera, Indignación. Desafíos para el psicoanálisis” https://ix.enapol.org/es/argumento-2/
³ Análisis Semiótico de Amores Perros. Entrevista a Guillermo Arriaga. Evitemos banalizar la violencia en el cine y la televisión. https://www.academia.edu/9918094/Análisis_Semiótico_Amores_Perros