Piedad Ortega de Spurrier

Directora Ejecutiva del VI ENAPOL (NEL)

Bajo el título «Hablar con el cuerpo» y el respectivo subtítulo, «las crisis de las normas y la agitación de lo real», ENAPOL invita a interrogarnos desde nuestra práctica la inquietud que suscita en la época actual sostener la relevancia del Psicoanálisis, cuando los adelantos de las ciencias excluyen casi en su totalidad la experiencia subjetiva. De esta manera, estas hacen prevalecer a los cuerpos como objetos de diseño, recortados al arbitrio de un ideal de perfección que nos hace pensar que cada vez menos podrán existir cuerpos habitados por el deseo, con sus equívocos y sus posibilidades de evocación y creación.

La enseñanza de Lacan en los años 70 produce un giro fundamental para abordar lo nuevo de la época en la experiencia analítica al introducir el desacoplamiento entre inconsciente y síntoma que exige realizar una lectura crítica del goce, del cuerpo y de la angustia que redimensiona al psicoanálisis puro a consecuencia de las nuevas manifestaciones sintomáticas de la época, que en nuestra región conviene examinar y destacar, desde la clínica del uno por uno.

Lacan situó en el campo del Otro un aspecto particular del objeto a como aquella instancia pulsional que puede introducirse en la cultura. Destaca que existe una parte elaborable del goce por la vía del lenguaje del que nada se conoce y que constituye el plus de gozar, que incluye el registro de los cinco objetos a a los que adicionalmente incorpora los objetos de la industria de la cultura.

De esta manera, como destacan Miller y Laurent, «El Otro de la cultura» [1] se instala entre el sujeto y el objeto a para producir una mediación y así compatibilizarlos. Es una mediación entre el sujeto y el goce a través de la significación del Otro. Es por esta razón que los síntomas de esta época y la explosión de los goces son propios de la actualidad, ya que la súper producción de los objetos, siempre cambiantes y novedosos, socavan al Otro, amenazando su existencia.

Cabe destacar que el ascenso al cenit social del objeto a se acompaña también con la burocratización del saber (S2), la promoción de un sujeto sin cualidades ($) y la producción masiva de significantes amos (S1).

El matrimonio entre la «hipermodernidad»[2] y una cierta globalización momentánea del «Otro que no existe» ha producido efectos casi inmediatos, solo posibles con el apoyo de una tecnología que se infiltra en todos los lugares con una inmediatez que condensa espacio y tiempo. Probablemente lo más llamativo es la derrota de los últimos bastiones del S1, ya que el vacío que deja tal descalabro es de corta duración, de manera que es posible avizorar desde ya, o la solución fundamentalista de un padre feroz que exige al objeto a descender por debajo de la barra, o también la solución «cientificista» cuya voluntad es hacer desaparecer toda traza de subjetividad. En la ciencia tiende a haber una respuesta prefabricada para todo, cuya consecuencia es el intento de burocratización del deseo para evitar las sorpresas de lo imprevisto. Pues, como sabemos, el deseo está conectado con el sentido de un goce imposible de eliminar, que al tratar de hacerlo entrar en los patrones del discurso de la ciencia, produce con frecuencia una respuesta de los sujetos vía el acting out o el pasaje al acto, hoy en ascenso. Así se muestra una nueva dimensión de lo traumático y sus efectos, hoy.

También la compresión de la velocidad del tiempo con el espacio incide en la dictadura de los objetos, los mismos para todos, como podemos apreciar en los patrones de moda con su inmediata fecha de caducidad y su consiguiente incidencia en la deslocalización del goce. Finalmente, la consecuencia es la frecuente aparición de sujetos desbrujulados y acelerados como la época, que nada parece detenerlos. Mientras Freud supo transmitirnos acerca de la «nerviosidad moderna» a consecuencia de la crisis del padre, Lacan durante sus últimos cuatro años de enseñanza introduce un interrogante sobre los efectos del «nuevo porvenir de los mercados comunes en los sujetos de esta época».[3] El discurso del amo es el producto de la combinación del discurso de la ciencia y el capitalismo y por ende tiene una incidencia directa sobre los cuerpos y la manera de vivir la pulsión. Destacamos así la incidencia del significante en la inscripción de esa superficie corpórea que hace bordes, produce agujeros, realiza cortes, eso es el cuerpo. Por esto Lacan afirma que «el síntoma inscribe el símbolo en letras de sufrimiento en la carne del sujeto».[4] Cuando no se produce dicha inscripción asistimos a la presencia de un exceso de goce que impide la constitución de un cuerpo como superficie de inscripción significante que hace imposible su existencia, que introduce un adentro y un afuera que afecta el orden espacial y temporal del sujeto, alterando profundamente la organización del mundo. Distintas declinaciones del cuerpo, distintas formas de habitar el mundo.

Sin embargo, ante la disolución de todos los lugares previos, solo resta una consistencia dura, un goce que invade un cuerpo agitado, desechado, a veces carne desfalleciente, listo para una disección y reingeniería de la ciencia que no espera más que reprogramarlo con los parámetros de eficiencia y eficacia, al servicio del mercado.

Ante este pronóstico, ¿qué ofrece el Psicoanálisis? No se trata de reintroducir una ley universal, ni la imposición de un límite, para quien sabe hacer hablar a la contingencia insoportable, arrancarle su certeza, invitarla a diluirse en el chiste que aliviana, o en la construcción que entusiasma, que permite convivir… con un cierto misterio que incluye el fracaso de la relación sexual y la imposibilidad de decir todo en el orden del lenguaje, pero que sostiene la inconmensurable singularidad de cada uno.


  1. Miller, J y Laurent, E., El Otro que no existe y sus comités de ética, Paidós, Bs. As., 2005.
  2. Aubert, N., El individuo hipermoderno, Eres, Toulouse, 2010.
  3. Lacan, J., «Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela», en Momentos cruciales de la experiencia analítica, Paidós, Bs. As., 2012.
  4. Lacan, J., «Función y campo de la palabra y del lenguaje en Psicoanálisis», en Escritos I, Siglo XXI, Bs. As., 1981.