Clara María Holguín

Lo simbólico dejó de ser lo que era y, con él, el siglo XX ha quedado atrás. Las consecuencias del rebajamiento del Nombre del Padre fueron señaladas ampliamente en nuestro pasado congreso de la AMP, para indicar el empuje a lo ilimitado que, bajo la ley de hierro, exige «ser como todo el mundo». Con ello, y a pesar de la ciencia y el capitalismo, el nuevo siglo muestra la insuficiencia de los semblantes. El orden es hoy caótico. Desorden de lo real, donde no hay cosmos que nos oriente.

«Cada uno hará a su propio modo». Es la manera como E. Laurent [1] nombró la nueva medida del superyó para el siglo XXI. «La paradoja ‒señalaba‒ es que cada uno tendrá un tatuaje diferente, todo el mundo tendrá un tatuaje, y eso porque lo simbólico por sí mismo ya no basta, entonces es necesario inventar cosas nuevas con el cuerpo». Desde esta perspectiva y a partir de esta nueva medida del superyó, «hacer cada uno a su modo e inventar nuevas cosas con el cuerpo», se orienta nuestra investigación para pensar las maneras de cómo el cuerpo se presenta hoy y, en esa vía, lo que se propone llamar «el cuerpo cosmético».

Lo cosmético del cuerpo nos pone en la vía de articular el cuerpo a un cierto orden. Según la etimología [2], cosmos (kosmos) refiere al orden y a la armonía, pero también al mundo y a lo mundano, derivando en los adornos y la compostura. Un cuerpo cosmético da cuenta de los arreglos sobre el cuerpo, arreglos que dan forma y que embellecen.

La civilización ha dado cuenta de esto. Maquillar, velar, agujerear, tatuar han sido entre otras las distintas maneras de intervenir el cuerpo en la historia. No hay allí novedad alguna. El sujeto se las arregla frente a la insuficiencia del significante respecto al cuerpo encontrando artificios para hacer con ella.

Pero no estamos en la época del cosmos, del orden del universo. No hay saber en lo real, sino un real sin ley que se impone, mostrando la insuficiencia de todo artificio y semblante. Lo simbólico por sí mismo no basta. ¿Qué cosmética para el siglo XXI?

Es la misma raíz etimológica del término Kosmos la que introduce otra perspectiva. Ya no desde su vertiente griega sino romana, mostrando su reverso. Los romanos a diferencia de los griegos al tomar el concepto Kosmein [3] (de donde se desprende kosmos), toman la raíz «mein», que da cuenta del vocablo «mundo» y su derivado «inmundo», que no es lo sucio o cochino, sino lo que es «sin mundo», es decir lo contrario a lo que es o a lo que debe ser, lo que no tiene belleza y por lo tanto, razón de ser.

La ruta romana devaluada, toma otra orientación: lo «inmundo», sin mundo, sin orden y sin belleza. Los nuevos arreglos para hacer con la insuficiencia estructural proponen tratamientos del goce que no pasan por el Nombre del Padre.

No siendo suficiente con arreglar, mejorar, tapar y ordenar los agujeros del cuerpo, para poner un orden y embellecer, es decir, para dar forma al cuerpo, se promueve la transformación de éste. No se trata entonces de taponar los agujeros, sino de abrir otros: se insertan pedazos y extensiones, hasta la de-formación y se exige que esta modificación produzca un cuerpo que no se parezca a nada ni a nadie: debe ser un tatuaje para cada uno, como señala Laurent. Un intento absoluto de diferenciación, donde más que mortificación del cuerpo, de donde se desprenden las «aguas del goce», se pone en juego un cuerpo vivo, donde lo imaginario toma toda su relevancia dando nuevas coordenadas para vivir en este mundo-inmundo.

Tal es el caso del tatuaje como práctica, en tanto algo inamovible y permanente: «la carne tal como se muestra en el tatuaje contemporáneo, no deja lugar a la metáfora, es marca que da a ver ‒al tiempo que envuelve‒ el cuerpo en su vertiente más Real, es quizá un modo de ins-taurar algo inalterable o estable en un mundo de cambios continuos». [4]


  1. Laurent, E., «El Superyó a medida: sobre el nuevo orden simbólico en el siglo XXI», http://www.blogelp.com/index.php/el-superyo-a-medida-sobre.
  2. Según el Diccionario Crítico Etimológico Corominas.
  3. Según el diccionario on-linehttp://etimologias.dechile.net/?inmundo.
  4. Foos, C., «Lo que el tatuaje escribe en el cuerpo. El tatuaje como signo», http://letraslacanianas.com/revista-n4-dossier/150-lo-que-el-tatuaje-escribe-en-el-cuerpo-el-tatuaje-como-signo.