Elisa Alvarenga

Presidente de la FAPOL

«¿Qué es un cuerpo?

El cuerpo es lo que sobrevive al naufragio de lo simbólico.»
(Jacques-Alain Miller, citado por Eric Laurent en el ENAPOL III, 2007, Belo Horizonte) [1]

En los tiempos de un nuevo orden simbólico, que no da cuenta del desorden en lo real, hablaremos con el cuerpo frente a la crisis de las normas y a la agitación de lo real [2].

La crisis de las normas se manifiesta, entre otras cosas, como crisis de las clasificaciones, que para nosotros se presenta con la clínica continuista en la última enseñanza de Lacan. Se trata de diferenciar esta clínica, por ejemplo, de la clínica dimensional del DSM V, que tendremos el próximo año.

¿Cómo se manifiesta la agitación de lo real? Violencia, infracciones, agresividad, automutilaciones, síntomas alimentarios, drogas, alcoholismo, pánico, solitud, pasajes al acto, hiperactividad. El malestar en la civilización ha crecido mucho desde Freud. El desorden en la civilización provoca el acceso excesivo a los psicotrópicos, a las psicoterapias autoritarias, a los intentos de regular, evaluar.

Frente a eso, ¿cuál es la potencia del discurso analítico? Aunque sea hijo de la ciencia y del capitalismo, su potencia viene del hecho que es desmasificante, que rompe con los discursos conformistas. En la época del Otro que no existe, en el análisis se inventa un Otro a la medida de cada uno. No siempre ese Otro es supuesto saber – tenemos ahí el Uno solo. Un ejemplo es la epidemia de jóvenes que no salen de sus casas, que duermen durante el día y pasan la noche en sus computadoras. Si no hay inicialmente sujeto supuesto saber, hay síntoma. El sentido puede desaparecer, pero lo real del síntoma permanece.

El encuentro del significante con el cuerpo produce un acontecimiento de cuerpo, el surgimiento de un goce que nunca vuelve a cero. Para hacer con eso sin el inconsciente simbólico y sus interpretaciones, se necesita tiempo. Se trata ahí de un nuevo concepto, el inconsciente real que no se descifra, sino que causa el ciframiento simbólico del inconsciente.

Si el cuerpo no habla, sino que goza en el silencio de las pulsiones, es con ese cuerpo que se tratará de hablar, de hacer hablar. Hablar con el cuerpo está en el horizonte de toda interpretación, y puede venir en su lugar, tanto para el analizante como para el analista. El analista ofrece su cuerpo para que el paciente aloje su exceso de goce y haga existir el inconsciente. El análisis dura mientras el insoluble de cada uno sea imposible de soportar. El análisis termina cuando el sujeto está feliz de vivir, dice Lacan [3].

Invitamos a todos los aquí presentes a tomar sus preguntas y temas de trabajo, organizándose en carteles con sus colegas, con colegas de otras Sedes y mismo de las otras dos Escuelas de América, la EOL y la EBP. Nos encontraremos, de nuevo, con nuestros cuerpos, dentro de un año, en Buenos Aires, renovando el placer que tuvimos de estar y trabajar juntos acá en Medellín.


  1. Cf. LAURENT, E. : A Classificação, in Opção Lacaniana 51 , SP, abril 2008, p. 120.
  2. Cf. MILLER, J.-A. : Parler avec son corps, in Mental 27/28, Eurofédération de Psychanalyse, septembre 2012, p. 127-133, y MILLER, J.-A. O real no século XXI, in Opção Lacaniana 63, SP, junho 2012, p. 11-19.
  3. Cf. LACAN, J. : Conférences et entretiens dans les universités nord-américaines, in Scilicet 6/7, Paris, Seuil, 1976, p. 15.