¿Cómo responden los analistas al intento de la época de eliminar lo real en los asuntos de familia? Es esta la pregunta que se despliega en este boletín, a través de entrevistas y textos que orientan la clínica y la intervención en lo social.
Lizbeth Ahumada localiza en los dispositivos «Escuela para padres» y «Home School» el intento de continuidad entre familia y escuela con el anhelo de escamotear lo real, que se aloja en el acto de atravesar, salir de lo familiar.
Cristiane Cunha sitúa esta misma orientación en los programas para adolescentes a quienes, en pos de ideales familiaristas, se les niega la posibilidad de inventar su propia ficción de familia, considerándolos incapaces del cualquier elección.
Es a partir de la clínica actual que Alejandro Daumas responde a las preguntas de qué son hoy un padre, una madre, un hijo y un hermano. Sus respuestas permiten despegarnos de las encarnaduras y los ropajes de la época para situar lo estructural en juego, distinción imprescindible para abordar los enredos en la práctica.
Como contrapunto de las entrevistas, tres escritos dialogan con ellas.
Maritza Bernia nos recuerda la indicación de E. Laurent «proteger a los niños de los delirios familiaristas», acompañarlos en la construcción subjetiva implicándolos desde el inicio e instaurando un lugar para la causa.
Preservar el secreto, como la marca de lo que no puede desnudarse totalmente, es la apuesta del psicoanálisis, formula Tatiane Grova, entendiendo a la familia como aparato que aloja ese «rayo misterioso».
«En tanto el psicoanálisis sabe que el goce es asunto de contingencia», dice Florencia Dassen, lo que se propone precisamente es tocar ese real, hacer algo distinto con lo que se supone «un destino» dado por lo familiar.
Nos dejamos enseñar, además, por el cine en las imágenes de Juno y el comentario de Alejandra Loray, enlace en este nuevo Asunto, entre los acordes que se deslizan entre «el rayo misterioso» y el «eco sutil». ¡¡¡¡Imperdible!!!!
María Marciani
Responsable VIII ENAPOL de Rosario