Silvia De Luca (EOL)

La clínica muestra cómo incide en la sexuación la declinación del padre. Sin el sentido fijo familiar que indicaba cómo comportarse como niña o niño los sujetos quedan desorientados. La ausencia de un significante que valga como un S1 conlleva una prevalencia del goce sinthomatico de cada quien, ya no de las identificaciones que decían qué hacer al sujeto con el goce.

La pregunta que me orienta en la clínica es cómo se las arregla este sujeto para anudar lo femenino, asunto de toda familia.[1] Una madre consulta porque su hija se viste como un varón, es decir, no se quiere como ella es. La adolescente en cuestión se presenta como trans, se siente mal si la nombran en femenino, no le gusta ser mujer. Con el padre no hay mucha relación. Lo que le molesta a ella ahora –luego de encontrar un nombre posible para su género al ver a otra que se nombra así– es que no entiendan lo que le sucede. Su problema central es que no se siente aceptada por su familia. El empuje a lo femenino sostenido por la madre perdió fuerza desde que es trans, desde entonces no aparecieron nuevos problemas. Ella así sabe que nadie sabe qué es ser hombre o ser mujer, eso tiene que ver con lo más singular de cada uno.

NOTAS

  1. Bassols, M., Famulus, Lacan XXI, Revista Fapol On line. Extraído el 25/10/2016, http://www.lacan21.com/sitio/2016/10/25/famulus/