Por Gustavo Sobel (EOL)

Lacan en su ensayo «Los complejos familiares en la formación del individuo» plantea la siguiente tesis:

«Los complejos familiares cumplen en las psicosis una función formal: temas familiares que prevalecen en los delirios por su conformidad con la detención que constituyen las psicosis en el yo y en la realidad; en las neurosis, los complejos desempeñan una función causal: incidencias y constelaciones familiares que determinan los síntomas y las estructuras, según las cuales las neurosis dividen, introvierten o invierten la personalidad».[1]

Se pueden inferir, a partir de esta distinción temprana en la doctrina del psicoanálisis, dos modos de articulación de los asuntos de familia en relación al síntoma. Para algunos, los «incidentes y constelaciones» se tornan una causalidad. En otros, en cambio, los asuntos son «temas» que hacen a una función formal.

El planteo me parece interesante para interrogarnos sobre qué incidencia tiene, y le damos, a los asuntos familiares en nuestra práctica hoy. ¿Tendrán un valor causal o se tratará de la envoltura formal del síntoma? Como un comienzo de respuesta, pienso que el uso que se haga de los asuntos de familia en un análisis dependerá de la singular posición con la que cada analizante se refiera a ellos. La pregunta, igualmente, queda planteada para la conversación con vista a nuestro próximo Encuentro.

Noviembre de 2016

NOTAS

  1. Lacan, J. (2012), Los complejos familiares en la formación del individuo, Otros Escritos, Buenos Aires: Paidós, p. 72.