Reseña por Verónica Escudero
5 de mayo de 2017
El viernes 5 de mayo tuvo lugar, en la Facultad de Psicología de la UNLP, la segunda actividad preparatoria de la EOL Sección La Plata para el VIII Enapol. La presentación del video que recogió fragmentos de los #Asuntos dio inicio a la actividad. Ana Piovano y Gabriela Rodríguez, integrantes del equipo de difusión de VIII Enapol en La Plata, coordinaron una mesa que tuvo como característica la diversidad de perspectivas que se plasmó en la presentación de seis «micro ponencias» que supieron transmitir el espíritu propuesto para la actividad: abordar una conversación ágil y dinámica. La consigna había sido que, a partir de las películas elegidas De tal padre, tal hijo (Hirokazu Koreeda Japón, 2013) y el documental Vida Animada (Willams, 2016), los participantes, en un esfuerzo de reducción, pudieran cernir cada uno el punto de interés para la conversación sobre los «Asuntos de familia».
El primer film comentado fue De tal padre, tal hijo. Tomó la palabra Ariel Martínez (Docente de la Fac. de Psicología -UNLP- e investigador en Teoría queer y estudios culturales) quien recortó de la película japonesa que el modo en que operan las relaciones y prácticas específicas que sostienen el funcionamiento de la familia, tanto por lo que habilitan por lo que excluyen, permiten que un sujeto sea inteligible socialmente, invitando a una reflexión respecto de los supuestos en juego para ver si se trata de transformar la institución familia o encontrar nuevas formas para producir subjetividad.
En segundo término, Eduardo Suárez (Miembro de la EOL y AMP, adjunto a cargo de Clínica de Adultos, Fac. Psicología, UNLP) señaló que el film nos habla de la mutación y el cambio de perspectiva que necesitamos en el psicoanálisis para estar a la altura de la época, al mostrar que la familia se produce a partir del niño, quien encarna un real, sin ley, un producto del azar que deberá ser asumido de algún modo para que se produzca algo digno del nombre de familia. Y ubicó, en una escena del film, el punto crucial en el que hijo confronta al padre a inventarse por fuera de la tradición, escena que nombró, parafraseando la referencia analítica, «Padre ¿no ves que te miro?». Para lo que propuso una traducción del título de la película más fiel a su idioma original «Y, me convertí en padre».
Por su parte, Gabriela Bravetti (Profesora adjunta Psicología Evolutiva II, Fac. de Psicología, UNLP) interpretó el film con el título de su micro ponencia: «Todos somos adoptados». Punto de partida para descartar cualquier concepción de familia como producción natural, homogénea e inamovible, y ubicar en la «parentalidad» una operatoria que produce un plus: una construcción en el seno de los vínculos, de la presencia que el otro impone y exige un trabajo psíquico de reconocimiento, de representación, mutualidad y diferencia.
Luego de estas tres primeras puntuaciones se dio paso a las ponencias que tomaron el film Vida Animada. La primera en tomar la palabra fue Sabrina Mora (Antropóloga, investigadora de CONICET) quien tituló su comentario «Abrazar una cultura situado en la diferencia», y señaló que para ella el autismo, lejos de ser una diferencia donde la incorporación de una cultura ha fracasado, hay que pensarlo en su contexto cultural de producción: ¿qué muestra Owen en su relación con las películas de Disney sobre la crucial importancia del cine en la cultura norteamericana? ¿Qué devela sobre esta cultura el hecho de que esté dentro del universo de lo posible que una persona use estas producciones culturales específicas para darle sentido al mundo y para comunicarse con otros? Y cuál es ahí el rol de su familia.
En segundo término, María Cristina Piro (Profesora a cargo Psicopatología II, Directora de investigación y Secretaria Académica de la Facultad de Psicología, UNLP), ubicó cómo la familia del niño, a partir de descubrir la invención de éste –uso de los diálogos de las películas de Disney para comunicarse-, decide apropiarse de ella como vía para favorecer el establecimiento de espacios de intercambio y comunicación con él. Ubicando puntos de tensión en la relación entre Owen y su familia, como la súbita ruptura de un proyecto de familia y la reorganización de los roles familiares, o el lugar de los especialistas en el diagnóstico y pronóstico de la calidad de vida de Owen.
Por último, Laura Ambrosino (Asociada de EOL-La Plata, psicóloga de la Secretaría de niñez Pcia. de Bs. As.), dijo que el film cuenta la batalla de toda una familia para inventar una lengua y un método a partir del interés específico de un niño. Cuando tradicionalmente la transmisión de la familia era pensada de padres a hijos, este documental muestra como el autismo obliga a inventar algo distinto que los torna familia: «Los Suskind». Una conversación se vuelve posible para la familia a partir de que el balbuceo de cierta palabra- juicevoice- es retomada en resonancia con la voz de los personajes de Disney y en articulación con la voz de la familia.
Gabriela Rodríguez y Ana Piovano con sus puntuaciones abrieron una animada conversación a un público también heterogéneo, en el que había miembros y asociados de la EOL Sección La Plata, estudiantes, jóvenes practicantes y residentes de hospitales. Resonaron temas en común: la familia como categoría que requiere redefiniciones, el niño como real que produce la familia o provoca una ruptura en el mundo familiar, la manera de hacer lugar a la contingencia, ficcionada como tragedia o psicopatología; y la posibilidad o no de inventar algo por fuera de la tradición. Hubo, también, puntos de interesante controversia respecto de cuál es la función de la familia. ¿Es metafórica, aunque no sea la metáfora paterna o la delirante? ¿Se trata de redefinir la categoría de familia o darla por caduca? ¿Cómo pensar lo irreductible de encarnar funciones diferenciadas y que además no sean un deseo anónimo?
Como saldo podría señalar que sobre el telón de la diversidad se recortó lo propio del psicoanálisis a partir de ubicar un real contingente que obliga inventar. Así se interpretó el título de las películas, los que mencionan con cierta ironía el real que se pone en juego en cada trama fílmica, y que encuentran algún invento a partir de la destreza de un padre para hacer con eso. Vida animada ilustra de manera ejemplar para los psicoanalistas la materialidad del lenguaje con la que trabajamos, y el lugar del equívoco, a partir del cual un mundo se hace posible, incluso el mundo familiar. Para aquellos que se quedaron con ganas de seguir conversando los invitamos ¡a seguir con los Asuntos de familia! Apostando a encontrar en la mesa clínica de la próxima actividad, la singularidad por la cual el discurso analítico abre la vía para desenredarse de los enredos en la práctica.