“Es fácil comprobar que el valor psíquico de la necesidad de amor se hunde tan pronto como se le vuelve holgado satisfacerse. Hace falta un obstáculo para pulsionar a la libido hacia lo alto, y donde las resistencias naturales a la satisfacción no bastaron, los hombres de todos los tiempos interpusieron unas resistencias convencionales al goce del amor. Esto es válido tanto para los individuos como para los pueblos. En épocas en que la satisfacción amorosa no tropezaba con ninguna dificultad, por ejemplo durante la decadencia de la cultura antigua, el amor perdió todo valor, la vida se volvió vacía e hicieron falta intensas formaciones reactivas para restablecer los valores afectivos indispensables”

“El ideal sexual puede entrar en una interesante relación auxiliar con el ideal del yo. Donde la satisfacción narcisista tropieza con impedimentos reales, el ideal sexual puede ser usado como satisfacción sustitutiva. Entonces se ama, siguiendo el tipo de la elección narcisista de objeto, lo que uno fue y ha perdido, o lo que posee los méritos que uno no tiene. En fórmula paralela a la anterior se diría: Se ama a lo que posee el mérito que falta al yo para alcanzar el ideal”.

“En serio: no es fácil indicar el contenido del concepto “sexual”. Todo lo que se relaciona con la diferencia entre los dos sexos: eso sería quizá lo único pertinente, pero ustedes lo hallarán incoloro y demasiado amplio. Si ponen en el centro el hecho del acto sexual, enunciarán tal vez que sexual es todo lo que con el propósito de obtener una ganancia de placer se ocupa el cuerpo, en especial de las partes sexuales del otro sexo, y, en última instancia, apunta a la unión de  los genitales y a la ejecución del acto sexual….. Ahora bien, si convierten a la función de la reproducción en el núcleo de la sexualidad, corren el riesgo de excluir toda una serie de cosas que no apuntan a la reproducción y, no obstante, son con seguridad sexuales, como la masturbación y aun el besar”.

“Por seguro que sea el hecho de los posteriores refuerzos por regresión y formación reactiva, y por difícil que pueda resultar la apreciación relativa de los componentes libidinales afluyentes, opino que no debiéramos pasar por alto que aquellas primeras mociones libidinales poseen una intensidad que se mantiene superior a todas las posteriores, y en verdad puede llamarse inconmensurable”

“Si existe una fijación así de la libido al cuerpo propio y en la persona propia, en vez de la fijación a un objeto, este hecho no puede ser excepcional ni de poca monta.  Más bien es probable que este narcisismo sea el estado universal y originario a partir del cual sólo más tarde se formó el amor de objeto, sin que por eso debiera desaparecer aquel”.

“¿La carta de amuro? Bien, he aquí una, típica: Te demando que me rechaces lo que te ofrezco- pausa aquí, pues espero que para que se comprenda no haya necesidad de agregar nada. La carta de amuro, la verdadera es precisamente esto.

Te demando que rechaces lo que te ofrezco;  podemos completar, para quienes acaso nunca habrían comprendido qué es la carta de amuro: rechazar lo que te ofrezco porque no es eso (çan’estpasça)”.

“La diferencia entre el no todo y el nulo, es realmente un operador de la sexuación en psicoanálisis.  Es  un cambio total, es lo que permite pasar de la idea que los sexos son una relación de complementariedad hacia una teoría que piensa en términos de suplementación. Lo que implica qué?  Lo que implica que  puede, en un dicho hombre haya lo femenino, lo que implica que una dicha mujer puede también tener lo masculino. Es una relación de suplemento. Lo femenino viene como un suplemento, no viene como complemento”

“Tenemos un organismo, es cierto, es real, nos enfermamos, incluso desaparecemos, nacemos, etc. Hay un real orgánico, pero esto no es lo real del Psicoanálisis.  Lo real del psicoanálisis tiene que ver precisamente con la transformación de los órganos en significantes…..Y, en tanto que siendo del mundo de la palabra y del lenguaje, los órganos no funcionan sino como significantes, pene, vagina; no son órganos sino significantes. Por eso dice Lacan dice la buena teoría es la que abre la vía misma donde el inconsciente se reduce a insistir. Es una insistencia. Insistir, el inconsciente insiste e insiste en orientarnos hacia una sexuación que no es ni orgánica ni de discurso. En una sexuación que se desarrolla en el goce, bajo la modalidad del fantasma, pero no únicamente bajo la modalidad del fantasma.  También afuera del fantasma, no toda del lado del objeto a. Lo que viene a ser el punto de capitón entre el cuerpo como organismo y el cuerpo gozado o gozante, es el  fantasma, cuando  hay un fantasma”.

“Lo que Freud muestra del funcionamiento del inconsciente no tiene nada de biológico. Nada de esto tiene derecho a llamarse sexualidad más que por lo que se llama relación sexual. Por otra parte, esto es completamente legítimo hasta el momento en que utilizamos el término sexualidad para designar otra cosa, a saber, lo que se estudia en biología, el cromosoma y su combinación XY o XX, o XX, XY. Pero esto no tiene nada que ver con lo que está en juego, que posee un nombre perfectamente enunciable, las relaciones entre el hombre y la mujer”.

“La identidad de género no es otra cosa que lo que acabo de expresar con estos términos, el hombre y la mujer. (…) el destino de los seres hablantes es repartirse entre hombres y mujeres.(…) lo que define al hombre es su relación con la mujer, e inversamente (…) Para el muchacho, se trata en la adultez de hacer de hombre. (…) Uno de los correlatos esenciales de este hacer de hombre es dar signos a la muchacha de que se lo es. Para decirlo todo, estamos ubicados de entrada en la dimensión del semblante”.

“Cuando digo que no hay relación sexual propongo muy precisamente esta verdad de que el sexo no define ninguna relación en el ser hablante”.