El amor al Padre y el goce del Padre se desplegaron en el análisis cuando la sensación de amenaza y de estar expuesto a la fatalidad se hicieron síntoma en la transferencia. Pudieron entonces situarse las múltiples formas en que el sujeto cargaba sobre si la castración y el goce del Otro. El amor al padre y el goce del padre parecían incluir ese sacrificio. En la transferencia se pone en acto con angustia, la parte de goce ignorada que me correspondía en ese circuito. Cuidar al Otro organizaba la posición en el ideal, resignificaba la historia de los esfuerzos y había sido muy efectivo en proporcionarme un lugar en la vida profesional. El lazo amoroso y libidinal con el partenaire estaba fuertemente marcado por ese rasgo, aunque no solo por eso, claro

Quizá hoy pueda decir que era adicta al trabajo de actuar, de actuar sin parar, para despertar al padre, al otro, al partenaire, para que el otro repare en mí y para ser escuchada. Era necesario convertir al otro en mi público. Para ello había que convertir lo íntimo en público. Hacer una construcción pública de lo privado. […]

Sin duda, el testimonio de pase implica un pasaje de lo privado a lo público.

Y acá estoy…

Ya no es el gusto por exhibirme, ya no es satisfacer la pulsión a cualquier precio para que el otro repare en mí. Es hacerme escuchar en mi causa, en mi entusiasmo por el psicoanálisis y por el teatro de la vida

Única hija mujer de ese matrimonio, no había podido armar un lazo con mi padre que no fuese el de la vergüenza. Lamentaba mucho no haber podido tener otro tipo de relación con él. Una interpretación pegó justo:” Por qué no cambiar el lazo con él, a pesar de estar muerto”. Intervención que produce alivio ya que sitúa que siempre (siempre) el lazo es con el padre que uno se arma, no con el de carne y hueso. Dicho así, parece obvio, pero mi neurosis se vio sorprendida. Negra como mi padre, condenada entonces por ese rasgo, comenzaba a vislumbrar una salida posible frente a la posición estragada en la que me había parapetado. (…) La salida de este tramo se produce con un alivio sintomático evidente

Que ese analista fuera alguien conocido no me ahorró un encuentro singular. Protagonizó una escena de cólera, breve, pero que encendió en mí la transferencia. Era como mi padre. Los golpes del padre no habían sido atravesados. “¡Usted tomó muy en serio su Edipo!”, me dijo. Empezaba a disolverse el azote, el que yo provocaba y el que yo era para los demás.”

Hacerme ver por una mirada triste -para animarla con cualquier saber disponible- se encarnó primero en la mirada de mi padre, aquejado por una melancolía que prestaba a esa mirada un velo de tristeza, que me cautivó muy tempranamente. En el transcurso del análisis, ese enunciado fue decantando más allá de lo edípico, del amor al padre, para verificar hasta qué punto había engrampado con el síntoma y comandado mi vida, especialmente en el amor. Lo he llamado, una cárcel -otro encierro- porque fue tanto una determinación decisiva en mi elección amorosa como el obstáculo para vivirlo de manera no-toda. ¿Cómo ausentarme sin sentir la presión de causar una tristeza enorme en el partenaire, o en mí?

A essa altura da análise, a doce fantasia me empanturrava. Decifrá-la implicou na destituição do amor ao pai e em localizar o seu além

O amor do pai estrutura a histeria, o gozo da mãe a desestrutura

Para ir além do pai, foi preciso compreender suas falhas, sem, contudo, amá-lo, já que amar o pai é estar submetido ao ideal pela vertente do amódio

Como a primeira filha, desde muito cedo, eu estava marcada pelo amor ao pai, em função do desejo deste ter uma filha a quem daria o mesmo nome de sua esposa […] Esse ato de nomeação não se fez, porém, sem implicar consequências no que concerne ao lugar que passei a ocupar junto à minha mãe, bem como junto à minha avó paterna […]